Cuando alguien se porta bien durante el año los Reyes Magos siempre corresponden con regalos. Ayer, en el campo de El Hospital, los tres Monarcas dejaron al lado de las botas de los jugadores de La Granja algo que han venido pidiendo desde hace mucho tiempo: el gol. Un presente que llegó a tiempo, multiplicado por cinco, y que contagió a los granjeños de felicidad ofreciéndoles ese empujoncito necesario para creer en que, si juegan como saben, pueden ganar a cualquiera.
Así se logró el brillante 5 a 1 con el que terminó su enfrentamiento con el Racing Lermeño, en un partido en el que todos los errores pasados de La Granja (falta de acierto de cara a portería, errores puntuales –pero fatales– en defensa, nerviosismo y poca confianza…) se quedaron en el olvido.
Y eso que los burgaleses demostraron ser uno de los mejores rivales que han pasado por El Hospital esta temporada, sobre todo en el juego de toque, con mucha calidad ofensiva en jugadores como Pekas o Chicho. De todas maneras fue La Granja quien se adelantó, ganando Adrián la espalda a la defensa –el punto flaco del Lermeño–, y cediendo el balón a César Bravo, que venía desde atrás. El ‘9’ granjeño realizó un partido perfecto, no solo por su reencuentro con el gol en casa, sino por sus ayudas a la hora de mantener la estabilidad defensiva de su equipo.
A pesar de todo el conjunto visitante empató al cuarto de hora, con un buen lanzamiento de falta de Chicho. A partir de entonces el Lermeño se creció, y puso en apuros a los de Arribas durante diez minutos. Hasta que, en el 32, un saque rápido de Álex desde la banda pilló desprevenida a la defensa rival, dejando a César Bravo solo dentro del área, donde no perdonó. 2-1, recuperación total de La Granja, y toda una segunda parte por delante
Tras el descanso los de casa salieron en tromba, y conforme iba transcurriendo la segunda parte el Racing Lermeño desaparecía, poco a poco. Solo De Diego, primero, y luego Pekas, probaron a Yiyo desde lejos. Pero la maquinaria defensiva granjeña no dejó de funcionar. Óscar Herrero salvó del empate a los suyos, arrebatándole el balón a Chicho antes de que rematara dentro del área y, poco después, iba a llegar el tanto de la tranquilidad. Un golazo de Coco, con un disparo imparable a la escuadra tras un saque de esquina.
La Granja terminó de quitarse las telarañas con el 3-1. Por fin el balón entraba, y no iban a dejar escapar esta oportunidad. Los once jugadores colaboraron para anular a un buen Racing Lermeño, y Chiqui y Álex II –al contragolope– cerraron una fiesta goleadora que hacía mucho tiempo que no se veía en El Hospital.
Con este resultado, el Club Deportivo La Granja abandona por fin el último puesto del Grupo VIII de la Tercera División, y se queda a dos puntos de los puestos de permanencia.
