La canciller alemana, Angela Merkel, afrontará mañana, probablemente, una derrota de su Unión Cristiano Demócrata (CDU) en las elecciones de Renania del Norte-Westfalia, consideradas unas mini-generales por la importancia de este estado federado, el más populoso del país.
Merkel y sus aliados del Partido Liberal no han conseguido formar un solo Gobierno regional desde que llegaron al poder en 2009 y han perdido pesos pesados como Baden-Württemberg. La semana pasada quedaron fuera del norteño estado de Schleswig-Holstein, hilvanando el décimo revés electoral.
Unos 13,2 millones de electores han sido convocados a las urnas para renovar el Parlamento de esta región industrial y minera en unos comicios que podrían marcar tendencia de cara a las generales de septiembre de 2013.
Los principales grupos de la oposición, el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes, dirigen este Land desde 2010 en minoría. A mediados de marzo no consiguieron votos suficientes para aprobar el presupuesto de 2012 y convocaron elecciones adelantadas en las que aspiran a obtener una mayoría clara al mando de la socialdemócrata Hannelore Kraft.
Las encuestas parecen darles la razón y sitúan al SPD, con un 37 por ciento, claramente por delante de la CDU, con un 30. Los Verdes tienen 12 por ciento en la intención de voto.
Los sondeos predicen el peor resultado para la CDU en este Land, marcado por una campaña llena de tropiezos del candidato a jefe de Gobierno de la CDU, el ministro alemán de Medio Ambiente, Norbert Röttgen.
Considerado uno de los miembros más inteligentes del gabinete de Merkel y uno de los delfines de la canciller, Röttgen causó irritación al no dar una respuesta clara de si dirigiría la oposición regional en caso de una derrota o si retornaría a su cartera en Berlín.
En las postrimerías de la campaña le llovieron las críticas cuando intentó reducir los comicios a un test sobre la política europea de la canciller y su gestión de crisis. Un Ejecutivo regional democristiano impediría que el dinero de los contribuyentes alemanes fuera «arrojado a los barriles sin fondo de Europa» y despilfarrado «en aras de promesas electorales en Francia», aseguró el candidato. Merkel, ofuscada porque la derrota pudiera interpretarse como una crítica a su gestión, se apresuró a aclarar que las elecciones eran importantes para Renania del Norte-Westafalia y «ni más ni menos».
Los comicios de mañana han desatado en el pasado verdaderos aluviones políticos en dirección a Berlín. En 2005, el entonces jefe de gobierno Gerhard Schröder adelantó las elecciones generales después de que su partido sufriera una sonada derrota en esta región que marcaron el final de la centroizquierda y dieron paso a una Gran Coalición de socialdemócratas y democristianos al mando de Angela Merkel.
