El objetivo de todas las formaciones políticas que concurren a los comicios autonómicos es el empleo, por encima de todos los demás y como base para el desarrollo de sus programas. La formación aparece como la clave para afrontar el reajuste en el mercado laboral que produce la crisis.
Expertos economistas asumen las «peculiaridades» del mercado laboral regional, «menos dinámico» que el nacional y que requiere, a su juicio, de una mayor incorporación de la mujer, un aumento del peso de los jóvenes y protección para los inmigrantes. Aseguran también que la Comunidad se podría especializar en industrias formativas, aunque se reclama fuera a los jóvenes de la región.
Asimismo, los especialistas advierten de que un excesivo ajuste del sector agrícola puede hacer perder a la Comunidad su ventaja comparativa con el resto de España. La flexibilización del mercado laboral y la modernización de la negociación colectiva aparecen como premisas para el cambio del modelo productivo.
El profesor titular de Análisis Económico de la UVA, Carlos Pérez Domínguez, destaca que la formación es la clave para «reajustar un modelo productivo que no satisface» y apuesta por un «profundo replanteamiento» de la formación laboral no reglada para readaptar a los colectivos expulsados del mercado laboral en la crisis.
En el ámbito estructural, se decanta por establecer incentivos para profesores y alumnos y por atender «convenientemente» la diversidad. Apuesta también por la Formación Profesional, que «continúa sin jugar en España el papel que le correspondería». Así, constata que la oferta de trabajadores refleja sobreabundancia de titulados básicos y exceso de superiores.
La decana del Colegio de Economistas de León, Nuria González Rabanal, coincide en subrayar que «la formación es clave en la recuperación económica». «Un trabajador formado tiene oportunidades», enfatiza, para razonar que «la reforma educativa es indispensable para ganar competitividad».
González Rabanal argumenta que el sistema educativo debe integrar la experiencia profesional «de verdad y no como se está haciendo». «Es necesario desde las administraciones criterios comunes y básicos en los campos de conocimiento», apostilla. Además, reclama medios adecuados para el sistema educativo, y que se valore la labor del profesor.
La decana lamenta la «falta de prestigio» de la FP, así como que «los alumnos acumulan títulos pero no conocimiento y eso nos debe llevar a una reflexión profunda sobre el modelo formativo».
En investigación, aboga por la colaboración público-privada con beneficios no sólo económicos, sino también de bienestar social.
Carlos Pérez incide en que el mercado de trabajo ha sido «menos dinámico» que el nacional, tanto en la fase de auge como en la de recesión. «Detrás de esto se encuentra la tardía incorporación de la mujer al mercado laboral, una población más centrada en cohortes de mayor edad y el profundo ajuste estructural de empleo en el sector agrícola», explica.
Este experto observa, no obstante, que en recesión están apareciendo «peculiaridades» en el mercado laboral de la región, ya que en 2010, «no sólo se aprecia una menor caída del empleo que en España, sino algo atípico: un mayor repunte de la actividad».
Nuria González declara que «las especificidades de nuestro mercado laboral a veces no son una limitación, sino una oportunidad que nos diferencia de otros». Muestra su opinión de que la estructura de la Comunidad sería un problema mayor, «si conviviesen bajas tasas de actividad, con altas tasas de paro».
Carlos Pérez se decanta por «intensificar la incorporación femenina al mercado de trabajo, en gran medida fomentando la conciliación familiar y laboral». Asimismo, trasladó que es preciso moderar el peso de los trabajadores de mayor edad y «si fuera posible mantener y atraer población laboral joven». Además, ante la marcha de los jóvenes asegura que si su formación «es tan válida para ser apreciada fuera de aquí, por qué no intentamos especializarnos en industrias formativas».
Sobre los inmigrantes, Pérez advierte que han sido «los que han impedido que la población laboral de Castilla y León se desplomara de forma importante».
González Rabanal aclara que los datos del mercado de trabajo «son la traslación de una destrucción indiscriminada de empleo, en la cual las mujeres y los jóvenes suelen ser las primeras víctimas». Asimismo, la inmigración «no representaba un problema» cuando determinadas actividades estaban en el apogeo de su crecimiento, pero ahora «precisan de un esfuerzo de integración».
El profesor de la UVA manifiesta que «sería importante una apuesta por la economía del conocimiento» porque «Castilla y León cuenta con personas cualificadas, con jóvenes formados y con estructuras de investigación como las universidades». Sin embargo, lamenta que no abunden los centros de transferencia de tecnología.
Este experto se decanta por medidas de discriminación positiva, sobre todo para parados de larga duración, que son los que mayores dificultades tienen para reincorporase al mercado laboral.
González Rabanal indica, por su parte, que cualquier medida que implica discriminar «es negativa, independientemente de que vaya con el término positiva».
