El atleta sudafricano Oscar Pistorius se puso sus prótesis ortopédicas y se dirigió al otro lado de su dormitorio antes de disparar cuatro veces a la puerta cerrada del baño, causando la muerte a su novia «a sangre fría», aseguró ayer el fiscal que le acusa de asesinato premeditado, lo que conlleva una pena de cadena perpetua.
Reeva Steenkamp murió después de ser alcanzada por varios tiros, afirmó el fiscal Gerrie Nel, que confirmó que el deportista lloró inconsolablemente en la corte al oír los detalles del tiroteo.
Pistorius llegó al tribunal en un coche de la Policía poco antes de las siete de la mañana, ante más de un centenar de periodistas. Horas después se celebró el funeral por Steenkamp, al que acudieron la familia y los amigos de la joven en un ambiente de dolor y rabia.
En su defensa, el velocista aseguró, en una declaración jurada, que estaba «profundamente enamorado» de Reeva Steenkamp, y que no se dio cuenta de que su novia no le acompañaba cuando disparó contra la puerta del baño.
Además, indicó que debido a «amenazas de muerte recibidas», dormía con la pistola junto a la cama. «Me desperté al oír un ruido y creí que un intruso había trepado por la ventana de la habitación».
Fue entonces cuando, sin sus prótesis, se dirigió hacia el baño sin darse cuenta de que Steenkamp no estaba con él. Sin embargo, al darse cuenta de que ella no estaba en la cama, se percató de que era quien podía estar en el interior de la habitación.
«Murió en mis brazos. Estoy absolutamente mortificado por la muerte de mi amada», escribió en su declaración, que fue leída por su abogado mientras él lloraba desconsolado, hasta el punto de que magistrado tuvo que detener el proceso. «Necesita concentrarse en lo que está sucediendo», espetó al acusado. Posteriormente, aplazó hasta hoy la siguiente vista.
