Los primeros autobuses, de los 96 que ayer fletó Caja Segovia para desplazar a todos los mayores desde todos los puntos de la provincia, empezaron a llegar sobre la once de la mañana. Gracias al trabajo de unos cien colaboradores, así como del grupo de protección civil de La Granja, no se produjo ningún incidente ni en el estacionamiento de los autocares, ni en la distribución de las cerca de 6.000 sillas destinadas a los asistentes, repartidas por toda la Pradera. Algunos optaron por traer mesas de campo de sus propios domicilios, para degustar la rica paella prevista y para pasar el tiempo jugando a las cartas. Y para iniciar la jornada con el estómago lleno, en muchas mesas también se podían ver toda clase de embutidos y otros alimentos que se compartieron en el almuerzo.
La infraestructura establecida por Caja Segovia fue del gusto de los mayores, que agradecieron la organización de todos los servicios y la atención de los colaboradores. Así, en varios puntos de agua se repartieron más de 5.500 botellines de agua de 500 centilitros. También se instalaron 30 cabinas para los servicios.
Los espectáculos musicales se desarrollaron en un escenario de 10 por 8 metros, dentro de una carpa de 400 metros cuadrados.
La cobertura sanitaria fue realizada por la agrupación de Protección Civil de La Granja, Cruz Roja, voluntarios y colaboradores que atendieron todas las peticiones de los protagonistas del día.
Los jubilados y pensionistas clientes de Caja Segovia fueron recibidos con la música de los dulzaineros de Los Alijares y Tierra Segovia. Después de la bienvenida oficial a cargo de las autoridades oficiales, los participantes fueron ocupando sus sitios, pendientes de ponerse a la cola para recoger su plato de paella, que los cocineros llevaban preparando toda la mañana en 24 paelleras gigantes dispuestas por toda la Pradera. Son los momentos que los mayores aprovechan para saludar a sus conocidos de otras localidades y hablar, entre otros asuntos, del ascenso de la Segoviana, para preparar la mesa, jugar a cartas, o comprar alguna bisutería en los puestos de las asociaciones Apadefim Cuéllar, Amanecer y Adisil, que expusieron los productos elaborados por sus internos.
A la una y media ya se empezaron a ver largas colas en diferentes zonas de la Pradera, para recoger los platos de paella, que, según opinaron varios comensales, estaba muy buena. Para las dos de la tarde, todos los asistentes degustaban la rica paella, con sus gambas y su carne, entre otras delicias. Sillas, cajas de cartón o el propio suelo, hicieron las veces de mesa provisional, para vivir uno de los momentos más esperados de la jornada, antes de la música y el baile de la tarde.
A las tres y media estaban convocados los mayores para participar de las actuaciones musiciales previstas en la jornada, que en esta vigésimosexta edición rindieron homenaje al folclorista, musicólogo y destacado dulzainero segoviano Agapito Marazuela, en su 120 aniversario.
Los grupos Los Alijares, Tierra Segovia, “Pa” Jota la mía, Ronda Segoviana, Rondalla de Caja Segovia y Rondalla Granvalls interpretaron canciones del folklore segoviano que arrancaron los aplausos y bailes de los asistentes. Durante cuatro horas la música fue la protagonista, aunque algunos prefirieron seguir sentados a la sombra de los árboles, jugando a las cartas o charlando del verano que ya está aquí.
A las siete y media de la tarde empezaron a salir los autobuses con destino a toda la provincia. La fiesta concluyó un año más con los objetivos cumplidos, que los clientes jubilados y pensionistas de Caja Segovia disfruten de una jornada de convivencia y diversión.
El Día de Campo y Paz supone una de las más multitudinarias congregaciones de mayores de Segovia en un evento festivo, con cifras que superan las 5.000 personas, que ha recorrido distintos enclaves naturales de la provincia, y que desde hace varios años ha elegido la Pradera del Hospital como escenario ideal para congregar a las personas mayores de la provincia. Una jornada festiva para estos segovianos, que ya piensan en la celebración de la próxima cita anual con la Caja.
