¿Cómo se puede perder un partido de baloncesto anotando 86 puntos? La respuesta es obvia, si el rival convierte más canastas. Pero, buscando explicaciones a los 104 puntos recibidos por el CD Base el sábado, la clave principal de la derrota segoviana ante el Zarzuela Maristas fue su falta de intensidad defensiva durante casi todo el encuentro. Un error fatal que, sumado a un desafortunado comienzo de partido, dejó a los hombres de Mauro Martín con un pesado lastre, ya desde el primer cuarto.
El 16-24 con el que acabó este periodo empezó a tomar forma desde las dos canastas iniciales de los vallisoletanos, de manera que consiguieron marchar todo el partido por delante en el marcador. Un 2-8 en los primeros cuatro minutos da una idea de la falta de tino del CD Base a la hora de crear y culminar buenas jugadas de ataque, perdiendo demasiados balones que propiciaban canastas fáciles para el Maristas que, cuando no lograban anotar a la primera, cazaban los rebotes ofensivos necesarios para hacerlo a la segunda.
Tras los triples del local Yagüe y el visitante Fernández se pidió un tiempo muerto con el 5-13 en el electrónico. Después, ya con Mingorría en la pista, dos canastas del escolta segoviano y un dos más uno de Jorge Sánchez mantenían al CD Base en el partido.
El segundo cuarto fue el más propicio para los de casa, que llegaron a ponerse a solo tres puntos gracias al Yagüe y a Hernando (21-24). Pero el Zarzuela mantuvo esta corta distancia durante tres minutos, y nunca vio peligrar su ventaja a pesar de que los segovianos mejoraron, tanto en defensa como en ataque. Pero el equipo visitante se valió exclusivamente de dos hombres, Castillo y Viruega –50 puntos anotaron entre ambos– para dejar a su equipo 40-45 antes del descanso. Cinco puntos es una desventaja que se puede resolver, pero el CD Base falló tres ataques seguidos en el inicio del tercer cuarto, por lo que la esperanza de remontada se desvaneció, con un parcial de 0-8 en dos minutos y medio.
El Maristas seguía anotando, bien y con facilidad, por lo que el encuentro estaba empezando a quedar visto para sentencia, incluso con el último cuarto aún por delante. Dos técnicas en este periodo acabaron desquiciando a los segovianos, que se dejaron llevar hasta el 86-104.
