La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI-F) alerta de que las 317 actas realizadas en 2014 por la Inspección de Consumo de la Junta, en Segovia, fueron un 62% menos que las de 2005, año en el que se realizaron 835 actas. Un dato «inquietante», si además se tiene en cuenta que el sindicato denunció, hace seis meses, la situación de colapso en la que se encuentra la Inspección de Consumo en la Comunidad.
En una nota de prensa, CSI-F avisa de que si la Junta no toma medidas para reforzar Consumo, «en menos de cuatro años no se podrá garantizar una efectiva defensa de los consumidores y usuarios de Castilla y León, por la falta de medios humanos». En el conjunto de la Comunidad, el número de actas levantadas en 2014 es un 45% menos que las de 2005, bajando de 11.946 a las 6.527 del pasado año
CSI-F recuerda que la Dirección General de Comercio y Consumo pidió 10 nuevas plazas de inspectores para Castilla y León, y que hasta el momento sólo se han cubierto dos, una en Ávila y otra en Zamora, más la plaza convocada de forma urgente ahora en Soria para que -al menos- tenga un inspector. Aunque la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la administración regional señala 55 plazas de inspectores en las nueve provincias de la Comunidad, tras el concurso de provisión de plazas del pasado mes de enero, sólo están cubiertas 37. En Segovia, la RPT marca cuatro puestos de inspectores pero sólo hay dos.
Si no se abordan «de forma integral los problemas de la Inspección de Consumo, en menos de cuatro años no se podrá garantizar una efectiva defensa de los consumidores y usuarios de Castilla y León por falta de medios humanos cualificados», advierte CSI-F.
Por ello, ha presentado un escrito al consejero de la Presidencia, con competencia en Función Pública, al que se le insta a tomar medidas, «para evitar una mayor degradación del servicio de Inspección de Consumo», según señala Mariano Prieto, presidente del sector de Autonomía de CSI-F.
La situación en cada provincia «varía en matices, pero empeora inexorablemente año tras año. Las jubilaciones dejarán en los próximos cuatro años la Inspección de Consumo, tanto en sus servicios centrales como periféricos, sin personal y sin haber transmitido su bagaje profesional a los nuevos inspectores que se incorporen».
En este momento, y de manera activa, en Ávila trabajan dos de los cuatro inspectores que otorga la RPT; en Burgos cuatro de siete; en León siete de nueve; en Palencia tres de seis; en Salamanca cuatro de siete; en Segovia dos de cuatro; en Soria uno de tres (aunque está de baja y, por tanto, hace meses que no hay inspector); y en Zamora tres de cuatro. Sólo en Valladolid se mantiene el mismo número de inspectores que refleja la RPT, es decir, once.
Soria es, en este momento, la provincia con el ratio más alto, con un único inspector para las más de 94.000 personas. Le sigue Burgos, con unos 92.200 habitantes por inspector; Salamanca, con unos 86.500 consumidores por inspector; Ávila, con 85.000; Segovia, con 81.000; León, con 70.000; Zamora, con 63.100; Palencia, con 55.800; y Valladolid, con 48.100 consumidores para cada uno de los inspectores.
Actas y denuncias: Una merma sensible.- La reducción del número de actuaciones de Inspección de Consumo, de acuerdo con los datos de la Dirección General de Comercio y Consumo, resulta clara. En el año 2005 en Ávila se realizaron un total de 1.378 actas, y en 2014 tan sólo 235. En Burgos se realizaron 1.148 actas el año 2005, y 888 en 2014; en León, 2.221 y 836; en Salamanca, 1.466 y 486; en Segovia, 835 y 317; en Soria, 628 y 240 (con un solo inspector); y en Valladolid, 2.559 y 2.353. De las 14.115 denuncias presentadas en los últimos diez años en Castilla y León 1.295 acabaron con una advertencia por escrito al empresario, para que adaptara su proceder a la legislación vigente; 2.766 fueron archivadas al llegar a un acuerdo el empresario y el consumidor, tras la intervención de la Inspección; y 2.648 derivaron en la apertura de expediente sancionador. Además 212 fueron comunicadas a otras administraciones competentes