El próximo sábado, 8 de enero, cerrará sus puertas en la Galería África (La Casa del Siglo XV) la exposición ‘El abrazo del baobab’, una mirada a África del artista y humorista gráfico Antonio Madrigal, colaborador de EL ADELANTADO desde hace casi 40 años, que ha contado en las últimas semanas con cientos de visitantes.
El artista se muestra satisfecho con una muestra que es, por su temática, especial dentro de su trayectoria: “La exposición está gustando y los visitantes me comentan que es coherente, que he conseguido el objetivo que me había propuesto, hacer una crónica plástica de esas vivencias en Senegal”. Madrigal entiende que no se trata de una exposición difícil de ver, y destaca que están presentes en la pintura “unas virtudes de fuerza y color que no son mías, sino que las da el propio país”.
Así, la exposición es un reflejo de la sociedad que Madrigal encontró en este país africano, con enormes diferencias entre ricos y pobres y muchas personas en una situación económica muy precaria: “el paro es altísimo, no hay industria, la agricultura y la ganadería son muy primarias… pero también es cierto que ellos son muy hospitalarios y muy alegres”.
El artista explica que le costó encontrar la “tecla” de esta exposición, el tono, “porque no quería hacer una cosa folklórica y tópica, sino hacer un resumen plástico de ese viaje, y además reflejar también esas diferencias económicas”. Para él era también muy importante encontrar su voz propia al acercarse al continente africano, que ya ha centrado el trabajo de otros muchos artistas, por ejemplo Miquel Barceló.
Y para expresar esa visión de África y los africanos, Madrigal ha elegido un símbolo, un árbol, el baobab, que además da título a la exposición, “El abrazo del baobab”. “El baobab me parece un símbolo de esos africanos que hemos conocido; es un árbol enorme que inicialmente impresiona, tiene incluso un punto de agresividad, pero que luego te abraza, que es hospitalario, como lo son los africanos”, comenta Madrigal.
El colaborador de EL ADELANTADO, tras su experiencia en África, anima a todos los artistas a que intenten “la aventura de visitar aquello, la de tomar conciencia de lo que es e intentar explicarlo con los pinceles, que no sea una visión folklórica, sino apegada a la realidad”.
A pocos días de la clausura de esta exposición, Madrigal sigue trabajando en próximos proyectos, “el artista tiene que exponer, como el escritor publicar, es la manera de realizarse, aunque pintar supone pasarlo bien y mal a la vez”, dice. Por ahora, duda sin continuar con temas africanos o encaminar su arte por otros derroteros.
