Nuevo golpe a ETA y su entramado y, de paso, a los que confunden a los lobos con los corderos e incurren en delito de apología del terrorismo, o al menos la bordean. Tras varios días de provocaciones, la Ertzaintza detuvo ayer en la localidad vizcaína de Ondarroa a Urtza Alkorta por su presunta colaboración con la banda asesina.
Sobre las ocho de la mañana, una treintena de furgones de la Policía vasca apareció en la zona donde cientos de personas protegían a la joven, ejerciendo de muro humano. Durante 120 largos y tensos minutos, los agentes fueron desalojando, uno a uno, el puente del pueblo, donde se apostaban las personas que, desde el viernes, se concentraban en el municipio para intentar evitar el arresto. Durante estas labores, se procedió a la identificación de ocho personas por desobediencia, así como dos detenciones. Acabaron con contusiones 13 agentes.
Las Fuerzas de Seguridad llegaron a poner unas lanchas bajo la estructura metálica por si se caía, ya que estaba colapsada por gente que protegía a la condenada a cinco años de cárcel.
Pero lo peor estaba por llegar. Y es que la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Laura Mintegi, la misma que jamás condenó los asesinatos de compañeros suyos de la universidad y que llegó a decir recientemente que el crimen del político Fernando Buesa fue «político y evitable», se presentó en el lugar y se encaró con los ertzainas, preguntándoles si servían al País Vasco o a España. Tras pedirles que reflexionaran por «el espectáculo» dado, justificó que estuviera allí porque «sabemos quién nos ha elegido y estamos con ellos». Quizás el delegado del Gobierno tenga que efectuar más investigaciones para que luego las archive la Fiscalía, como sucedió con el político socialista muerto en 2000.
Posteriormente, el lehendakari, Iñigo Urkullu, expresó su «satisfacción» por la actuación de la Policía Autonómica Vasca en la operación, un «ejemplo» de cómo se ha de proceder en este tipo de situaciones, para luego acusar a la izquierda abertzale de «tensionar innecesariamente» a la sociedad.
Mientras, el portavoz del PSE-EE en el Parlamento regional, José Antonio Pastor, registró una proposición no de Ley para que la Cámara reitere su «más absoluto respaldo» a los agentes tras los «insultos» recibidos por parte de la izquierda abertzale -el histórico dirigente de HB Pernando Barrena los llamó cipayos- al tiempo que pidió al líder del PNV que explique si su Gobierno negoció con Laura Mintegi, «las condiciones de la actuación» de los mismos.
A la espera de que ETA vuelva a amenazar con sus comunicados, y cuando parece cada vez más lejos que desaparezca, el representante del PP en el Consejo Social de la Universidad del País Vasco (UPV), Iñaki Ezkerra, solicitó al rector de la UPV que prorrogue la excedencia de los profesores que en su día la solicitaron por estar amenazados por la banda terrorista.
No muy lejos de allí, en Navarra, la Delegación del Gobierno envió un requerimiento al Ayuntamiento de Olazagutía, gobernado por Bildu, instándole, en el plazo de un mes, a colocar el retrato del Rey en un lugar preferente del salón de sesiones de su Casa Consistorial, ya que aparece ahora en su lugar el de un preso de la organización criminal, Ángel Gurmindo Lizarraga, alias Stein.
Por otra parte, los investigadores de las Fuerzas de Seguridad detectaron tras las últimas operaciones contra ETA en Francia la proliferación de carnés de identidad falsificados de países Iberoamericanos. Al parecer los utilizan para no levantar sospechas cuando hablan en público en español.
