La publicación de la carta encíclica ‘Laudato Si’ escrita por el papa Francisco ha puesto sobre la mesa la preocupación de la Iglesia católica por el Medio Ambiente y las consecuencias del progresivo deterioro de la «casa común» al que está sometida por la cada vez mayor vorágine económica que agota los recursos y pone en peligro la conservación de espacios naturales. El obispo de Segovia, César Franco Martínez, quiso dar a conocer ayer los postulados fundamentales del documento papal en una conferencia de prensa en la que aseguró que el objetivo de este texto no es otro que abrir «un diálogo multiprofesional y multidisciplinar» sobre la ecología en el que se recojan sugerencias y propuestas desde todos los ámbitos.
Monseñor Franco aseguró que la encíclica «no quiere presentar a la Iglesia como experta en asuntos que no son de su competencia, sino aportar su magisterio social al igual que lo hicieron otros papas como Juan XXIII, San Juan Pablo II o el propio Benedicto XVI».
En este sentido, destacó la llamada que Francisco realiza a los cristianos a la «conversión ecológica», de manera que tanto individual como colectivamente asuman la urgencia del «desafío que se nos presenta hacia el cuidado de nuestra casa común que es la Tierra».
Esta llamada tiene también un marcado carácter ecuménico, ya que el obispo señaló que la encíclica emplea las reflexiones de otras comunidades cristianas y recuerda que otras religiones han desarrollado una «profunda preocupación» sobre la ecología.
Así, el documento está abierto al diálogo «e intenta provocarlo», según explicó el obispo, ya que sobre este aspecto «ha habido muchos esfuerzos fallidos que a través del diálogo pueden volver a retomarse con mayor fecundidad».
También valoró que el documento se enmarque en el magisterio social de la Iglesia, ya que le aporta de esta manera una mayor ductilidad; al no haber «posturas definitivas ni fundamentales, aunque se apoyen en la fe de la Iglesia». «Con independencia de las creencias de cada uno, el mundo tiene un fin y un sentido, y camina hacia una meta determinada que no puede ser la disolución ni la nada – explicó el Obispo-. Esta encíclica es un tratado de razón y fe sobre la Ecología que nos asegura que la creación está sometida al pecado del hombre».
El obispo puso de manifiesto también la «intima relación» que la encíclica establece entre la fragilidad del planeta y los pobres, y aseguró que el papa Francisco subraya en ella que los desfavorecidos son quienes sufren más directamente las consecuencias de la crisis medioambiental al no tener los recursos suficientes para afrontarla. La globalización, las críticas a los nuevos paradigmas de poder que emanan de la tecnología, el modelo económico basado en la economía de mercado y el consumo y la «cultura del descarte», son algunos de los aspectos que disecciona el texto de la segunda encíclica de Francisco, tras la publicación de la «Evangelii Gaudium» casi al inicio de su pontificado.
