En un momento extremadamente delicado para la sociedad, la Iglesia diocesana de Segovia quiere seguir estando presente para ofrecer respuestas a los retos que plantean no sólamente los católicos, sino el resto de la ciudadanía de la provincia.
La guia para el trabajo de la diócesis se encuentra en la programación diseñada para el quinquenio 2009-2014; cuyas líneas de acción mas inmediatas serán presentadas hoy en el acto de inicio del curso que tendrá lugar en la Casa de Espiritualidad “San Frutos” a las siete de la tarde.
El Vicario de Pastoral, Raúl Anaya Luengo, expondrá en una ponencia los objetivos del trabajo de sacerdotes y laicos para el proximo curso, que irán orientados específicamente “no sólo a administrar sacramentos, sino a hacer cristianos a través de la experiencia y el testimonio que puedan renovar las comunidades cristianas”.
La conmemoración del Año Santo Sacerdotal, coincidiendo con el 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, caracterizará de modo singular el trabajo pastoral del presente año, centrándose de forma específica en los sacerdotes y en las vocaciones al sacerdocio.
En este sentido, Anaya explicó como acciones más relevantes la puesta en marcha de retiros en los distintos arciprestazgos, así como un especial trabajo de captación de vocaciones por medio del Seminario Menor, que en los últimos años ha comenzado ya a dar frutos con los primeros seminaristas.
Otro de los hitos de este año será el inicio de los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en 2011 en Madrid, y que en Segovia será visible en marzo con la llegada de la “Cruz de la Juventud” que participará en este encuentro del Papa Benedicto XVI con los jóvenes de todo el mundo.
Para los laicos, la diocesis ha previsto acciones de formación que van desde los cursos de catequistas hasta la Escuela de Teología, aunque, señaló que este año “no todo será para todos, ya que es necesario diversificar la oferta para grupos concretos y determinados que puedan asumir determinadas acciones de manera que no lleguen a cansarse”.
Además, la programación pastoral para este año se ha marcado el trabajo mensual en acciones concretas que van desde la familia, la defensa de la vida o las vocaciones hasta la caridad y la formación de catequistas y agentes de pastoral.
Upas
La creación de unidades parroquiales (Upas) en distintas zonas de la capital y de la provincia se ha revelado como un éxito de organización que ha permitido no sólamente optimizar los recursos materiales y humanos de la diócesis, sino mejorar el servicio pastoral que se presta a los pueblos y a las zonas rurales que carecían de servicios religiosos.
En cuanto a la creacion de nuevas unidades, el vicario de Pastoral se mostró cauto a la hora de definir objetivos en este sentido, y señaló que este año “pretendemos que todas las Upas que están funcionando por decreto y aquellas que vienen haciéndolo de hecho sin estar aún constituidas puedan reunirse para intercambiar experiencias , revisar lo que se ha conseguido y de esta manera seguir dando pasos concretos”.
Anaya señaló que la creación de Upas “es una respuesta a una situación que vivimos, que debe asumirse no solo desde la propia curia, sino también desde la conciencia de comunidad cristiana”.
“Los pueblos pequeños, para vivir la Eucaristía y la fe tienen que reunirse para que haya catequesis, formación de adultos , Cáritas, con todo lo que ello supone. —aseguró el vicario de Pastoral—. Las Upas no solo significan que los sacerdotes lleven más pueblos, sino que el laico se implique en la estructura como protagonista y agente activo”.
