La semana no empezó ayer con buen pie para el Ibex, que perdió un 0,57% que le situó al filo de la cota psicológica de los 7.200 puntos, en una jornada nuevamente marcada por la escalada de la prima de riesgo de España, que se colocó en los 435 puntos.
La desconfianza de los inversores sobre la capacidad de España de cumplir con sus obligaciones de pago llegaron a situar el diferencial del bono español a 10 años con el alemán en 444 puntos a lo largo de la jornada, y desmarcaron al Ibex del comportamiento del resto de plazas del Viejo Continente. Todos los ojos están puestos en el país y en la necesidad de apoyos por parte del Banco Central Europeo (BCE).
No obstante, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, insistió en que «nadie, ni gobernantes ni instituciones, dentro o fuera del país», deben dudar ni sembrar dudas del compromiso de España con el euro y la integración política europea.
El mandatario, apuntó, durante la clausura de la Asamblea Anual del Instituto de Empresa Familiar (IEF), que los ciudadanos han dado un mandato «claro» al Partido Popular para superar la crisis, aunque también advirtió de que no se puede esperar que en pocas semanas se resuelvan cuestiones tan «largamente enquistadas en el tiempo».
«Nuestra apuesta es por la estabilidad económica y por las reformas en todos los niveles de la Administración», remarcó el jefe del Ejecutivo, quien recordó que el proyecto reformista del Gobierno ha sido merecedor del apoyo «expreso» de las instituciones europeas e internacionales.
De hecho, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se declaró «absolutamente confiado» en que el Ejecutivo nacional será capaz de hacer frente a las actuales «dificultades» económicas y matizó que la UE trabaja «muy activamente» con España para lograr este objetivo.
Y el que también está trabajando muy intensamente es el titular de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que ha comenzado una minigira para explicar las reformas que ha puesto en marcha el Ejecutivo para hacer frente a la crisis económica. El viaje incluía ayer una reunión en París con inversores internacionales y hoy, un encuentro en Frankfurt con el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi.
El ministro ya viajó a China en marzo para reunirse con inversores y miembros del Gobierno del país asiático, mientras que en febrero se desplazó a Londres para explicar a los inversores de la City las líneas maestras de las tres grandes reformas económicas aprobadas por el Gobierno.
Mientras, el Deutsche Bank ha hecho público el informe España es sostenible, en el que incide en que el principal problema de la economía nacional no es de «solvencia», sino de «liquidez», y defiende que el país puede lograr estabilizar su deuda en torno el 85% del PIB.
El estudio detalla que la consolidación más allá de 2012 es «factible», siempre y cuando no se produzca una contracción continuada del PIB. Las últimas previsiones publicadas por la entidad hace menos de un mes preveían que la economía española decreciera un 1,2% durante este ejercicio, mientras que en 2013 el PIB aumentaría tres décimas.
«El tipo de ajuste fiscal en el que se está embarcando España no es coherente con una contracción del PIB más allá de 2012», recalca Deutsche Bank, que prevé que el país alcance su objetivo de déficit del 3% en 2014, un año más tarde de lo previsto.
Semana clave.- El Tesoro vuelve esta semana a los mercados con dos exámenes en los que tratará de captar entre 3.500 y 5.500 millones de euros con dos emisiones, hoy y el próximo jueves, en un momento en el que se han recrudecido las tensiones en los mercados y con la prima de riesgo en máximos.
En concreto, el Tesoro emite hoy una emisión de letras a 12 y 18 meses, con la que pretende captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros. El jueves sacará al mercado una emisión de bonos y obligaciones con vencimiento a 2014, con un cupón del 3,3%, y 2022, con un cupón del 5,85%, por un importe entre 1.500 y 2.500 millones.
El organismo tendrá que sortear un contexto económico muy difícil después del recrudecimiento de las tensiones en los mercados, que siguen apuntando a España, pese a los ajustes.
