“Les agradezco que hayan acudido a este gran cuarto de baño y solo les pido que no me tiren de la cadena”. Lo dijo ayer Antonio Madrigal (Melilla, 1940), en el acto de inauguración de su exposición “Margarita se atusa”. Las risas que brotaron del numeroso público asistente al acto denotaron que Madrigal, que exhibe en la muestra su pura faceta como pintor, no abandona nunca el sentido del humor que le han hecho célebre en su otra versión, la de dibujante o humorista gráfico.
La broma hacía alusión al leit motiv de “Margarita se atusa”, 22 cuadros en los que el artista, afincado en Segovia desde temprana edad, coloca a una decena de mujeres en cuartos de baño mientras se ‘atusan’, palabra en desuso y que fascina al pintor. Por el Palacio de Quintanar se dieron ayer cita una amplia representación de la cultura segoviana. Artistas, intelectuales y amigos todos de Madrigal que quisieron, de esta manera, arropar a un pintor de dilatada trayectoria, con más de una treintena de exposiciones de pintura y otras tantas colectivas, que, curiosamente, le ha hecho sombra su gran éxito como humorista gráfico durante más de 40 años.
A la cita acudieron, entre otros, pintores, artistas plásticos y dibujantes como Mon Montoya, Domiciano, Nicolás Gless y Pilar Coomonte, José María Tovar, Coro Izquierdo, Marina Llorente, Pepe Orcajo, o Sofía Madrigal y el vitralista Carlos Muñoz de Pablos, además de otros amigos del artista, como los hermanos Ángel y Jesús Serrano, los marqueses de Lozoya, Carlos Herranz y Dominica Contreras o el defensor del Ciudadano, Rodrigo González.
En la presentación, Gianni Ferraro, gerente de Palacio de Quintanar, se confesó “sorprendido” por la frescura de la pintura de Madrigal, que le había confesado, según dijo, su temor por la reacción del público a la muestra. “Me dijo que mucha gente le consideraba dibujante satírico y que la idea era otra, la de una exposición de pintura, y lo ha conseguido”, apuntó.
Tras felicitarse por el hecho de que la apertura de Palacio de Quintanar haya supuesto un alivio para los artistas plásticos ante la falta de este tipo de espacios en Segovia, Madrigal respondió a la pregunta que se hacían todos los presentes: “Quien es Margarita y por qué se atusa?”. “Atusar es una palabra muy bonita, casi en desuso, es arreglarse y salir rápido, algo que, indudablemente, ha sido asociada a la mujer. A la mujer la creo Dios y cada día se recrea y se reinventa, algo muy interesante, se atusa y todo en el cuarto de baño, un espacio casi mágico”, apuntó el artista.
Con independencia de las tres pequeñas piezas escultóricas incluídas en la muestra (que reflejan un pianista, un angelote y una procesión), la muestra exhibe a decenas de mujeres atusándose en el cuarto de baño, que es “el último reducto de nuestra libertad”. “Estamos numerados, controlados, hay una cosificación, vamos retrocediendo hasta meternos en casa y de ahí al cuarto de baño, donde no ha llegado ese ojo del Gran Hermano”, apuntó Madrigal para explicar el porqué todos sus cuadros tenían como escenario este rincón de la casa. “Sacamos la lengua, hablamos solos, estamos libres”, añadió.
Por último, Madrigal confesó su temor a que el espectador acudiera pensando que la muestra estuviese compuesta por chistes coloreados en las paredes. Nada más lejos de la realidad. “Es una exposición de pintura, intento hacer pintura, y por eso les ruego –dijo- que separen al Antonio Madrigal humorista del Antonio Madrigal pintor, porque pueden convivir los dos”, dijo.
Para entonces, el numeroso público que llenó las dos amplias salas de Palacio de Quintanar lo tenía muy claro, aunque aún mantenía la sonrisa por el ingenio desplegado por el artista en su alocución. Margarita también sonreía, delante del espejo.
