El sector hortofrutícola español ha sido dañado de gravedad desde que una alerta sanitaria decretada por la Unión Europea señalase, falsamente, a una partida de pepinos de Almería como origen de la bacteria de E.coli detectada en Alemania. Las heridas son numerosas, y desde entonces, unos 50.000 trabajadores, de ellos 45.000 en Andalucía, de los sectores de producción, manipulado y envasado de frutas y hortalizas se han visto afectados por la crisis alimentaria germana, ya sea por la pérdida de empleo o por la reducción de jornadas. Así lo avanzaron ayer responsables de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (FITG) de UGT, que organizaron en la capital andaluza una asamblea con operarios del sector para analizar las consecuencias de la crisis sobre el empleo.
Según una primera estimación, al menos 45.000 obreros son andaluces, una cifra que podría elevarse a unos 50.000 si se suman los murcianos y valencianos, apuntó el secretario general de la FITAG, Antonio Deusa.
La pérdida de empleo ha llegado por varias vías: por la reducción de jornada, la rescisión de contratos de manera anticipada y los que ni siquiera fueron contratados.
El mayor número de afectados se encuentra en el sector del manipulado y el envasado, que está muy vinculado a las exportaciones, y en menor medida en los invernaderos, debido a que la campaña está muy avanzada.
La provincia española más afectada ha sido Almería, donde se han visto perjudicadas 25.000 personas, según las cifras aportadas por el secretario general de FITAG UGT Almería, Juan Sola, quien recordó que la crisis no solo aqueja al pepino sino a otros productos como el melón, la sandía, tomate, lechuga, pimiento, calabacín o la berenjena.
Sola advirtió de que esta etapa va a seguir teniendo damnificados sobre el empleo, puesto que se prevé que el final de la campaña se va a adelantar al menos un mes.
La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, acordó ayer con las organizaciones y cooperativas agrarias y con la federación de productores y exportadores de frutas y hortalizas trabajar conjuntamente para «sacar el máximo rendimiento» a las ayudas que por importe de 210 millones de euros fueron aprobadas el pasado martes por Bruselas.
Además, señaló que la vía judicial es una «posibilidad que siempre está abierta» para los productores de forma individual o colectiva. «Nosotros ni la apoyamos ni la descartamos», apuntó.
Tamarit avanzó que el Ejecutivo ha pedido a la CE que agilice las gestiones con Rusia para que vuelva a permitir la importación de verduras europeas, al tiempo que trabaja de forma bilateral, a través del Ministerio de Exteriores, para que se abran las fronteras al menos a los productos nacionales.
Otros hábitos.- El aumento del precio de los alimentos ha cambiado los hábitos alimentarios del 54 por ciento de las personas de todo el mundo. Al igual que en los demás países, la mitad de los españoles afirman no comer lo mismo que hace dos años, aunque solo un cinco por ciento afirma que no tiene suficiente para comer a diario. Así se refleja en una macroencuesta realizada por Intermón Oxfam, lanzada con motivo de la próxima reunión de los ministros de Agricultura del G-20 en Francia para tratar la crisis global. En el caso de España, el 46 por ciento ha cambiado sus costumbres; un 33 por ciento por motivos económicos y un 21 por razones de salud.
