El 34 por ciento de las familias numerosas en España afirma haberse tenido que endeudar o gastar ahorros para cubrir los gastos del hogar a final de mes y el 45,1 por ciento llegan «muy justas», según la última encuesta que la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) y la Fundación Madrid Vivo han llevado a cabo con la colaboración de la empresa GAD3. De hecho, el director de la federación señaló que, cerca del 40 por ciento de estos hogares, se encuentran en el «límite del paso a la pobreza».
El estudio, que se ha realizado sobre una muestra de cerca de 6.500 familias numerosas en España, desvela que los ingresos de este tipo de hogares no se diferencia de los del conjunto de la población del país. Sin embargo, el modo en que gestionan la economía del hogar sí varía, según explicó Narciso Michavila, responsable de la investigación.
De hecho, mientras que el número medio de miembros es de 5,4, el 63 por ciento de los hogares percibe 3.000 euros o menos al mes y solo el 6,1 ingresa más de 6.000. El índice de desempleo, sin embargo, es menor que el de la media. El 86,6 por ciento de los padres trabajan fuera de casa y el 65,3 por ciento de las madres también.
De este modo, Michavila destacó que, mientras los gastos habituales son principalmente la vivienda (34,5 por ciento), la alimentación (14,9), ocio (12,8) y el coche (10,7), las familias numerosas destinan sus ingresos principalmente a alimentación (29,8), vivienda (27,6 por ciento), enseñanza (14,1) y el vehículo (10,1).
Por otra parte, el informe indica que este tipo de familias dedican porcentualmente más del doble de sus ingresos (6,2 por ciento frente a 3 por ciento) a productos farmacéuticos que otras familias e invierten menos de la mitad en actividades de ocio (6,3 frente a 12,8).
En este sentido, el patrón de consumo representa un comportamiento «contracíclico» y «contrario a los comportamientos que han llevado a la crisis económica», según subrayó Michavila. Así, indica que «se potencia la inversión a largo plazo sobre el corto plazo, prima la solidaridad sobre el individualismo y se promociona más el capital humano, al haber una mayor diversidad».
Por ello, el presidente de la Fundación Madrid Vivo, José Miguel Abad, preció la importancia de fomentar la presencia y la valoración social de este colectivo, asegurando que son un «motor para dinamizar la economía y «tienen un importante papel en la educación y la formación del conjunto de la sociedad futura».
Adecuar las ayudas. Por todo ello, el director ejecutivo de la FEFN matizó la necesidad de adecuar las ayudas a la natalidad y las familias numerosas a la «realidad española» y recordó que, aunque el registro cifre en 480.000, el censo señala que 1,3 millones de hogares continúan con tres o más hijos bajo su cargo. Esto se debe a que «España es uno de los países con una edad de emancipación más alta» y a que, después de los 25 años, la mayoría de los jóvenes continúan estudiando o sin encontrar trabajo.
Sánchez apostilló que, desde la asociación, se les «cae la baba» al ver la gran cantidad de subvenciones que otros países de la Unión Europea destinan a la natalidad, algo que no ocurre aquí. Por ello, destacó que en Francia ya se ha alcanzado el índice de regeneración (2,1 hijos por mujer) y tienen asegurado el mantenimiento de las pensiones y la sanidad, mientras que en España esta tasa se sitúa entre 1,3 y 1,4 desde hace 30 años, una cifra que está totalmente estancada y que no tiene visos de mejorar.
Asimismo, también señaló la «gravedad» de la baja cifra de natalidad nacional y apuntó que «bajo la crisis económica y financiera está galopando una grave crisis demográfica». De hecho, matizó que en lugar de apoyarlas «se está llevando a cabo una política de penalización». En este sentido, aseveró que existe una «discriminación» en las prestaciones sociales o el acceso a ayudas a la vivienda, al no tenerse en cuenta la «renta per capita» de los hogares, «por lo que no se contabiliza la capacidad adquisitiva real de las familias».
Por último, Sánchez quiso recordar que, pese a ser «los que más pagan» en impuestos indirectos, «la desgravación en la declaración de la renta es ridícula y se les excluye totalmente» como colectivo a la hora de deducir cargas impositivas como el copago sanitario.
