Avanzada la recolección en las provincias de la mitad sur de la Península, la cosecha de cereales de invierno ofrece, hasta la fecha, unos resultados muy irregulares. Estas diferencias, afectan tanto a los rendimientos en cada una de las zonas, como a los datos globales sobre el volumen de la campaña, donde existen unas grandes variaciones en las estimaciones de cada una de las partes que tienen relación con el sector agrario.
Frente a los más optimistas y los más pesimistas, la realidad es que se da por hecho un aumento de la cosecha en España. La impresión general es que, aunque en determinadas zonas se hayan producido problemas muy puntuales por las lluvias con proliferación de plagas y diferentes enfermedades, en el resto, especialmente en el centro y la mitad norte de España, los efectos del clima fueron positivos, con una esperada mejora de rendimientos.
En el resto de los países comunitarios, las perspectivas son también optimistas con unas producciones esperadas en toda la UE de 286 millones de toneladas frente a los 273 millones de la campaña pasada, según los datos manejados por el Copa-Cogeca. Las previsiones en el resto del mundo, muy especialmente entre las grandes naciones productoras, como Estados Unidos, son igualmente positivas, sobre todo en el caso del maíz donde en la campaña pasada se produjo una fuerte caída por la sequía. Tanto la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), como el Consejo Internacional de Cereales, manejan incrementos de cosechas sobre el año anterior en unos porcentajes superiores al crecimiento de la demanda. Todo ello ya se ha comenzado a reflejar en los precios. Esta campaña, según los primeros datos que hay sobre la mesa, no se verán los costes disparados de la anterior, unos 250 euros por tonelada como media para trigos o cebadas, e, incluso, cifras superiores, pero tampoco se teme que vayan a caer a los niveles anteriores a la crisis, barajándose cifras sobre los 180 ó 190 euros para trigos y cebadas.
En España, una de las previsiones más optimista se ha realizado desde la Asociación de Comercio de Cereales para la que el volumen de la campaña, en su conjunto será un 62,7% superior al registrado el año anterior. Estos incrementos van desde un 46% en el caso de la avena, al crecimiento del 125% en trigos duros donde, en la pasada campaña, por las malas condiciones climatológicas derivadas de la sequía en la zona sur se hundió la producción.
Las estimaciones de los almacenistas se basan en su previsión de un aumento medio de los rendimientos por hectárea que pasarían de 2.200 a 3.500 kilos, prácticamente con una estabilidad en las superficies de cultivo.
Para los operadores de los mercados, la producción de trigos blandos pasaría de 4,6 a casi siete millones de toneladas, mientras en duros ese aumento saltaría de 440.000 a casi un millón de toneladas. Ese crecimiento sería de casi el 67% en cebada, donde se pasa de los seis millones de 2012, a los algo más de 10 en 2013. En avena se pasaría de casi 700.000 a un millón de toneladas, y en centeno de una cosecha de 250.000 a 442.000 toneladas. En total 19,85 millones de toneladas en los cereales de invierno, a los que se sumarían otros más de cuatro millones de toneladas de maíz.
Cálculos distintos
Los datos de la Asociación en el sector agrario se estima que van siempre un poco por encima de las producciones esperadas y se interpretan, en muchos casos, con ciertas dosis de interés para incitar a unas bajadas de los precios en origen. La realidad, sin embargo, es que se trata de unas cifras que, año tras año, al margen de que existan otros intereses, no se han desviado mucho de los datos finales.
En una línea igualmente alcista se hallan las estimaciones de cosecha de la Cooperativas Agro-alimentarias en base a una previsión de los rendimientos medios esperados que pasarían de 2.054 a 3.200 kilos por hectárea y con el mantenimiento de las superficies de cultivo.
Frente a los 12,2 millones de toneladas de la campaña anterior, de los que cinco millones correspondieron a trigos y casi seis millones a cebadas, para esta campaña las cooperativas manejan un volumen de 18,2 millones de toneladas. De ese volumen, 7,6 millones corresponderían a los trigos, donde también se duplica la cosecha de duros; 8,8 millones de toneladas para cebada; y casi otro millón de toneladas para la avena. Para los autores de este informe, no se trata de unas cifras producto de ninguna euforia, sino el resultado de un análisis pormenorizado sobre superficies y rendimientos en cada una de las zonas donde las lluvias, aunque hayan podido tener un efecto negativo en puntos muy concretos, han provocado un balance muy positivo para el desarrollo de las producciones.
Para dar una mayor o menor fiabilidad a estas cifras, un dato a tener en cuenta son las previsiones de cosecha en las mismas fechas dadas por la misma organización en la campaña anterior y el resultado final. Así, en 2012, las cooperativas daban una previsión de 11,6 millones de toneladas y la cosecha final, según los datos del Ministerio, fue de 12,2 millones de toneladas.
Desde las organizaciones agrarias UPA y Asaja las estimaciones de cosecha se sitúan solo entre los 14 y los 14,5 millones de toneladas. Las cifras de Agricultura van con mucho retraso y sus estimaciones al mes de marzo eran de algo más de 15 millones. A la estadística oficial le hace falta un empujón para que sus datos sirvan para poner orden en ese revuelto de cifras de cada una de las partes con intereses en el sector.
