En una nueva jornada teñida por la sangre, en la que más de un centenar de personas murió en Siria durante los enfrentamientos entre el Ejército y los rebeldes en diferentes puntos del país, las miradas volvieron a dirigirse al Gobierno de Bachar al Asad. Y es que, según fuentes opositoras, su vicepresidente, Faruk al Sharaa, habría llegado a Jordania después de haber desertado. Una huida provocada, tal y como aseveraron los insurgentes, por la ola de violencia, que va en aumento con el paso de los días.
Al Sharaa, de 74 años y natural de Deraa, una de las ciudades más bombardeadas por las Fuerzas de Seguridad, lleva en paradero desconocido dos días, por lo que los sublevados insistieron en que se encuentra en Ammán. Es más, el político no habría viajado solo, sino que habría marchado con dos altos cargos del Ejecutivo. Se trataría de un nuevo golpe para Bachar al Asad, que ya vio cómo su Gobierno se resquebrajaba hace unos días con la huida de su primer ministro y de parte de la cúpula militar.
Sin embargo, los datos fueron negados rápidamente por la televisión estatal, que aseguró, citando un comunicado de la oficina del vicepresidente, que el número dos del régimen «nunca ha pensado, ni por un momento, abandonar el país».
Mientras tanto, en las calles de Siria, más de un centenar de personas falleció en los numerosos combates que tuvieron lugar durante una de las jornadas más sangrientas de las últimas semanas.
Numerosos cadáveres, 53 concretamente, fueron hallados en Damasco, una de las zonas más castigadas desde que empezó el conflicto en marzo del año pasado, entre los que se incluyeron 40 cuerpos sin vida con indicios de haber sido ejecutados en la zona de Tal, a las afueras de la capital. Además de estos, los Comités de Coordinación Local, una de las principales redes de los insurgentees, identificaron 17 muertos en Deir Al Zor, 15 en Alepo, otros 15 en Deraa, dos en Latakia, uno en Idlib y otro en Hasaka. Además, agregaron, entre las víctimas se encuentran muchos niños y mujeres.
Por otro lado, y ante la incertidumbre de los acontecimientos, los actores internacionales siguen sin aclarar su postura en la resolución del conflicto. Rusia es uno de los pocos que parece mantener su respaldo a la legitimidad del régimen. Desde el pasado viernes, se conoce que no va a imponer una zona de exclusión aérea, tal y como sucedió en Libia en 2011. Mientras tanto, ningún miembro del Consejo de Seguridad de la ONU ha propuesto esta imposición, aunque EEUU no descarta esa opción.
Ante la espera de acontecimientos, el diplomático argelino Lajdar Brahimi, futuro enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, adelantó que «pronto» se reunirá con los países miembros del Consejo de Seguridad para tratar de lograr el mayor apoyo posible para su trabajo y avanzar en la resolución pacífica del conflicto sirio.
