La Conferencia Episcopal Española (CEE) elaboró una plantilla para facilitar a los profesores de Religión la evaluación de sus alumnos de acuerdo con las competencias adquiridas, con el objetivo de adaptarse a las novedades que introdujo la LOMCE y para “no perder el carácter evaluable” de la materia. “La asignatura de Religión y Moral Católica no puede estar ajena a estas exigencias si no quiere perder su carácter evaluable. Por ese motivo, la CEE, ha tomado la iniciativa de ofrecer una plantilla de referencia en la que se clasifican por rango los diferentes estándares de cada curso intentando delimitar los logros del aprendizaje”, precisó la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis en el documento publicado en su web en este caso.
En todo caso, recordaron que, si bien son los responsables de la elaboración del Currículum de Religión y Moral Católica, la elaboración de esta plantilla no es competencia suya directamente y lo hicieron para adaptarse a las novedades que conllevó la implantación de la LOMCE en el Sistema Educativo Español.
Entre estas novedades, los obispos destacaron la aparición de diversos documentos que pretenden delimitar la contribución de las distintas materias de aprendizaje al desarrollo competencial del alumno en cada etapa educativa, un hecho que motivó a algunas comunidades autónomas y ahora también a la CEE, a diseñar plantillas que faciliten la tarea evaluadora atendiendo al perfil competencial de cada asignatura.
Concretamente, en el esquema elaborado por los obispos, se relacionaron los estándares de aprendizaje con siete competencias —lingüística; matemática, ciencia y tecnología; digital; aprender a aprender; competencia social y cívica; sentido de iniciativa y espíritu emprendedor; conciencia y expresiones culturales— marcando específicamente a cuales de ellas contribuye cada contenido en este caso.
Así, por ejemplo, en primer curso de Primaria, los niños serán evaluados por memorizar fórmulas sencillas de petición y agradecimiento. A este estándar de aprendizaje, los obispos asocian dos competencias: aprender a aprender y competencia lingüística.