El Festival de Segovia comenzará el próximo viernes, 20 de julio, aunque ya el lunes 16 ofrecerá un anticipo. Es un festival con solera, al mismo nivel que los de Granada, Perelada o Úbeda. Cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Segovia, Caja Segovia, el Instituto de las Artes Escénicas y de la Música, La Paloma Segoviana y la colaboración de diferentes entidades, desde el Patronato del Alcázar al Obispado, Conservatorio, Colegio de Arquitectos, etc.
Se podría decir, utilizando una expresión taurina, que el Festival de Segovia, que alcanza ya su 37ª edición, está en capilla porque el lunes ofrece ya un aperitivo musical. Desde la dirección ¿Cómo se viven estos días previos?
Efectivamente estamos en capilla, que es una frase que yo utilizo mucho. Empezamos el lunes 16, con un concierto, lo hemos llamado ‘Para empezar’ y es una aperitivo musical que viene de la mano de una orquesta de cámara americana y hay que decir, además, que es un regalo, a través de un grupo americano, bien recibido en estos momentos difíciles. Además tendrá lugar en el Patio de la Casa de la Moneda, una de las novedades este año. Por lo demás, no estamos muy nerviosos. Lo tenemos todo preparado, es mucho tiempo el que lleva prepararlo, a veces años porque hay grupos que queremos traer y llevamos dos años detrás de ellos y es difícil a veces encontrar una fecha que les venga bien o a ellos o al Festival. Siempre hay algo de nervios por si en el último momento surge cualquier cosa pero solemos tener suerte, no ha habido grandes percances.
Una de las grandes bazas del Festival de Segovia son sus escenarios. Este año se incorpora la Casa de la Moneda, rehabilitada recientemente, pero el resto de sedes son espectaculares también ¿no?
La inauguración, el día 20, es en San Martín, que es una plaza muy emblemática para los segovianos, con la estatua del comunero Juan Bravo y la iglesia de San Martín, quizá una de las más iglesias románicas más bellas de toda la provincia. Este año tendremos en ella a una de las grandes voces españolas de soul, jazz, blues, Patricia Kraus. Ella, que es hija del tenor Alfredo Kraus, contaba el otro día en una entrevista, que no le quedó más remedio que cantar, porque no había otra opción en su casa. Cuenta con mucha gracia que a ella no le gustaba mucho la música clásica, lo que más le gustaba era la canción negra, las voces negras, pero su padre tenía esta música escondida porque quería que siguiera el camino de la clásica. También pasó por el pop pero hoy en día es una de las grandes voces españolas y además viene a Segovia con una banda espléndida. Es uno de los conciertos con acceso abierto, gratuito, para que nos acompañen todos los segovianos.
En estos momentos de dificultades económicas ¿Cómo responden los artistas? ¿A qué se enfrenta a la hora de programar el Festival?
Segovia tiene ya un prestigio. Los artistas llevan años respondiendo muy bien. Realmente en otros sitios pueden tener un gran escenario o un auditorio y aquí en Segovia tenemos una suerte enorme y es que el escenario es la ciudad. Este año, además de la plaza de San Martín, o los dos patios de la Casa de la Moneda, continuamos con el Patio de Armas del Alcázar, por el que han pasado las mejores voces y los mejores artistas del mundo. Yo recuerdo siempre a Victoria de los Ángeles, porque me impactó oirla cantar allí. Y tenemos San Juan de los Caballeros, que se ha convertido en un sitio mítico para todos los grupos de cámara, por su sonoridad increíble. Todos quieren pasar por ahí. Además, la iglesia está desacralizada, no hay que estar pendiente de que la música sea sacra. Ayuda muchísimo el que sean eventos en pequeño formato porque a un artista que está acostumbrado a un auditorio de 2.000 personas que, de repente, le digas que va a venir al Alcázar, con un aforo de 400, con el monumento iluminado, eso nos ayuda muchísimo a que vengan. Quieren venir y ya hay quien nos está pidiendo venir al año que viene.
Entrando en el contenido del programa, en ciclos como la Semana de Música de Cámara, ¿hay algún concierto que sobresalga?
Siempre me preguntan qué destacaría pero no quiero ni puedo destacar nada porque este festival no tiene relleno, todo lo que se está haciendo tiene un porqué. Hay muchas cosas que vienen de lejos. La Semana de Música de Cámara alcanza su 43ª edición; el festival empezó como Semana de Música de Cámara, luego se incorporó el festival internacional, después el Festival Joven y luego el ciclo de órganos históricos, se han ido añadiendo ciclos. Este año a la Semana, donde siempre tenemos un gran pianista, viene Iván Martín, que ha recorrido el mundo dando conciertos y hemos conseguido que esté en Segovia con un programa ‘De Soler a Debussy’, un recorrido por las grandes músicas de piano de todo ese tiempo. Iván Martín es conocido como pianista volcánico, porque tiene mucha fuerza. Luego, el día 25, traemos un espectáculo que nos ha parecido muy interesante, sobre la Carmen de Bizet. Es un espectáculo que se estrenó en el Teatro Real, con un gran ballet. Aquí no era posible y entonces David del Puerto, Premio Nacional de Música 2005, acompañado por la soprano Laia Falcón, que ahora tiene su residencia en París, y por alguien muy querido para nosotros, Ángel Luis Castaño, que fue profesor de Acordeón del conservatorio de Segovia, han hecho, juntos han hecho una adaptación para música de Cámara con los mejores momentos de la ópera de Bizet, incorporando la guitarra eléctrica y el acordeón, algo muy novedoso. Invito a la gente, tanto a la que le guste la música moderna, como la contemporánea o la clásica, porque es una gran propuesta, que se está recogiendo en todas las grandes revistas especializadas. Otro lujo de la Semana es el Brodsky Quartet, que nos visitó hace quince años y vuelve en su 40ª aniversario. Un grupo mítico que hará un recorrido por la música de todos los tiempos. Por último, en este ciclo nunca puede faltar la Música Antigua y este año viene la Accademia del Piacere, dirigida por Fahmi Alqhai, con un programa dedicado a Bach, el gran músico barroco que no podía faltar y con su obra más completa, de su etapa de organista en Santo Tomás, de Leipzig.
