Uno de los lances más artísticos del toreo, con el que los diestros suelen rubricar o culminar algunas de sus mejores faenas es la chicuelina, creada para la tauromaquia por el sevillano Manuel Jiménez Moreno «Chicuelo», que le dio su nombre. El arte y el valor de este lance torero se ha trasplantado al mundo de la música de la mano de una charanga segoviana que hace 25 años decidió bautizarse con este nombre y que desde entonces pone diversión y música en las fiestas locales.
A lo largo de 2012, esta veterana agrupación musical formada por nueve miembros ha celebrado distintas actividades para conmemorar sus bodas de plata en el mundo de la música y la diversión popular, todas ellas encaminadas a hacer patente el agradecimiento de la charanga a todos los segovianos por el apoyo y la fidelidad recibidas durante este tiempo. Antonio García, uno de los integrantes de esta charanga asegura que el objetivo de esta charanga no es otro que «divertirnos y hacer que la gente se divierta con nuestra música», para lo cual el contacto directo con el público ha sido y es la base fundamental de su forma de entender el espectáculo.
Con motivo del 25 aniversario, La Chicuelina ha grabado un disco que con el original título «No es por vicio, es por necesidad», recoge algunos de los temas más bailados en las fiestas populares que suelen amenizar, y que ha constituido principalmente la base del espectáculo que este año han ofrecido por toda la geografía provincial y por algunas provincias limítrofes.
Ayer fue el último día de las celebraciones de la charanga, que quiso ofrecer a los segovianos un último «vermú musical» por las calles del centro histórico, tras el que posteriormente se reunieron en un almuerzo para poner colofón al aniversario, en el que hicieron entrega a Javier Palomares y Fernando Gilsanz -los dos integrantes de la charanga que permanecen desde el inicio de la andadura del grupo- de una placa conmmemorativa de esta peculiar efeméride.
De cara al futuro, La Chicuelina mantiene intacta su ilusión por seguir recorriendo las fiestas populares con su música, conscientes de que la crisis ha reducido sensiblemente la capacidad económica de ayuntamientos y asociaciones. «Nosotros somos nueve en el grupo y nos resulta difícil reducir costes -explica García- pero seguiremos haciendo un esfuerzo para hacer más divertida la vida de la gente».
