Este año son 112, como el número de emergencias, los voluntarios de Titirimundi, Festival Internacional de Títeres de Segovia. Aunque responsables de la organización han mantenido entrevistas individuales con cada uno de ellos, ayer se celebró en La Alhóndiga una reunión general de cara al inicio de este evento, previsto para el próximo viernes, 10 de mayo.
No es que estos voluntarios vayan a apagar fuegos, que Titirimundi es una fiesta para los sentidos y no una emergencia, pero sí tendrán que solventar algunos problemillas típicos de cualquier evento en el que se concentra un número determinado de personas.
La coordinadora de voluntarios del festival, Ana Roitvan, comentaba ayer, antes de la reunión, que en ésta se trata de ofrecerles información general sobre la programación, venta de entradas, sedes o lugares de celebración de los espectáculos, además de facilitarles acreditaciones y camisetas de Titirimundi.
“En cierto modo ellos son como puntos informativos andantes y por eso es importante que conozcan cómo funciona el festival”, explicaba. Además también son informados de otros eventos internos, entre ellos alguna fiesta y algún encuentro informal, como el que mantuvieron después de la reunión, iniciativas que son muy bien recibidas y contribuyen a crear buen ambiente entre ellos.
Pero una de las principales funciones de los voluntarios, si no la más importante, es que se convierten durante estos días en anfitriones de las compañías que vienen a ofrecer sus espectáculos a Titirimundi, y en esta 27º edición son más de treinta de distintos países.
La relación entre titiriteros y voluntarios llega a ser muy estrecha, es una de las experiencias que mejor valoran unos y otros y Roitvan comenta, como anécdota, que en la última década han surgido al menos dos matrimonios o parejas fruto de ese contacto. No en vano, hay voluntarios que repiten varios años y se forjan amistades duraderas.
Los voluntarios, además, son la cara del festival y están con el público, trabajando por ejemplo para que los espectáculos puedan ser vistos por todos, invitando a quienes están en las primeras filas a que permanezcan sentados, o en el control de acceso a los recintos donde es precisa invitación.
La coordinadora comenta que, aunque entre los 112 voluntarios hay de todo, predominan los jóvenes, son un 90% y, entre ellos, los estudiantes universitarios, muchos de la titulación de Publicidad y Relaciones Públicas. Hay una abrumadora mayoría de mujeres y de residentes en Segovia pero también una minoría que procede de otras provincias y este año hay representación italiana y alemana.
Desde la organización recuerdan que estos voluntarios están en el festival “por amor al arte”, aunque pueden acceder a los espectáculos con su acreditación, y piden a los segovianos que sean considerados con ellos.
