El Barcelona cerró ayer con una nueva victoria su gira asiática, después de derrotar con solvencia pero sin excesiva brillantez al Beijing Guoan en el Estadio Olímpico de Pekín.
En una jornada de intenso bochorno, el equipo chino saltó al campo con ganas, impulsado por la ilusión, y en los primeros minutos a los visitantes les costó hacerse con el gobierno del partido.
No obstante, un chut lejano de Adriano, sustituto del clásico titular Dani Alves en el carril derecho, marcó el inicio del despertar ‘culé’.
En el minuto 11, un contraataque llevado por Edu Oriol por la banda izquierda desembocó en un pase de la muerte de éste para Sergi Roberto, que solo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red.
Apenas tres después, un centro desde la derecha de Adriano fue rematado de volea por Nolito, absolutamente ignorado por la defensa local en el segundo palo.
La ‘Guardia Imperial’, apodo con el que se conoce a la escuadra china, se ofuscó y solo el hondureño Walter Martínez puso algo de sentido al ataque. Por ejemplo, dio una eficaz asistencia en profundidad al australiano Griffiths, que no acertó a batir a Pinto.
Con el compromiso ya controlado debido al marcador, el conjunto de Pep Guardiola impuso su estilo de toque y adelantó la defensa casi hasta la línea del centro del campo.
El público chino empujaba con fe ciega cualquier mínima acción de mérito de los anfitriones, aunque sin duda el más jaleado fue Leo Messi, que, desde la posición de ariete, llevó de cabeza a la zaga. El argentino no anotó, pero lanzó dos veces a los palos.
Para la segunda mitad, el preparador azulgrana cambió a todo el equipo a excepción de Pinto, que salvo sorpresa mayúscula será titular en la Supercopa.
Precisamente un error del portero gaditano, que agarró con las manos un pase atrás de su defensa, supuso la mejor ocasión del Beijing Guoan. Llegó en el minuto 53, aunque el chut indirecto fue desviado por la barrera.
En la recta final, los barcelonistas se echaron un poco hacia atrás para dejar correr el reloj. Los pequineses aprovecharon la circunstancia para venirse arriba, aunque con más ruido que nueces. En una jugada aislada, Ibrahimovic puso el 0-3 desde fuera del área.
