Son muchos los cantantes, grupos e incluso aficionados al rock que reivindican su pasión por la música luciendo la camiseta de Los Ramones. El escudo orlado con el nombre de los cuatro míticos músicos del barrio neoyorkino de Queens sobre un fondo casi siempre negro o de color oscuro luce en el pecho de músicos e intérpretes que pretenden reforzar su imagen llevando el nombre de la banda en los conciertos. Sin ir más lejos, en Segovia hemos visto a Dani Martín, eximio cantante de El Canto del Loco y ahora en solitario, luciendo esa imagen de malote que tanto interesa a sus seguidores… ¿Postureo? ¿Impostura?. Juzguen ustedes mismos.
El hecho cierto es que los legítimos herederos del espíritu de la banda que dio un nuevo giro al rock y abrió las puertas a otras corrientes rockeras tocaron en Segovia y ninguno de los cuatro llevaban la popular prenda. No les hizo falta. El brutal despliegue de rock, descoloque y diversión que comenzó con ‘Rockaway Beach’ dejó claramente demostrado que Marky Ramone y su grupo mantienen y defienden el origen, la esencia y el legado del que presumen y viven desde que la legendaria banda llegara a su fin.
Precedidos por la brillante actuación de Los Wrayajos —quizá los mejores teloneros para el grupo por su manera de entender el rock y la música—, el veterano baterista y su banda dejó muy claro en poco más de una hora y cuarto que la nostalgia no es un error y que las decenas de personas que en la noche del lunes llevaban puesta la camiseta de Los Ramones mostraban no sólo el orgullo de pertenencia a un grupo esencial en el rock, sino su intención de defender valores que el mercado musical hoy considera de forma equivocada alejados o impropios de la realidad.
En el concierto no faltó ninguno de los clásicos de Los Ramones en un concierto homogéneo, sin fisuras y que dejó pocos resquicios para el cansancio. La banda que rodea a Marky Ramone —hierático pero energético en la batería— entiende e interpreta con rigor su legado y hace disfrutar al público, ayer totalmente entregado a la causa.
Todo esto me lleva a prometer solemnemente que yo también algún día tendré y luciré mi propia camiseta de Los Ramones. (P.D.: Para donaciones o regalos altruistas, que sea una talla XXL en adelante… y si cuela, cuela.).
