Los documentos serán exhibidos al público durante un mes en la Sala Capitular de la Catedral de Segovia, y el trabajo de restauración ha sido presentado hoy en este recinto por la directora del Centro de Conservación, Mercedes Burón, en un acto al que han asistido el obispo de Segovia, Ángel Rubio y el delegado territorial de la Junta en Segovia, Luciano Municio.
Los ejemplares de la bula fueron encontrados a finales de 2008 por el técnico del archivo catedralicio de Segovia, Bonifacio Bartolomé ocultos en las tapas de dos incunables impresos en Alemania en 1478 y 1479, cuya encuadernación se realizó en España.
Una vez autentificado su origen, los documentos se enviaron al Centro de Conservación de Bienes Culturales, con sede en Simancas (Valladolid), cuyos técnicos han trabajado en la recuperación de los documentos y en su posterior restauración.
La directora del centro, Milagros Burón, ha explicado que las siete bulas -cinco de ellas impresas y dos más manuscritas- tienen un importante valor documental al ser los únicos ejemplares de este documento que se conservan en el mundo.
Además, ha destacado su valor testimionial como primeros ejemplos de la edición de documentos con tipografía gótica en España, teniendo en cuenta que la imprenta aún tenía un incipiente desarrollo técnico en España, donde llegó de la mano de clérigos como el entonces obispo de Segovia, Juan Arias Dávila.
Por su parte, Bonifacio Bartolomé ha explicado que el origen histórico de esta bula tiene como objetivo recaudar fondos para la lucha contra el impero turco, misión que le fue encomendada a Rodrigo de Borja como emisario papal en España.
Bartolomé ha asegurado que las bulas «seguramente fueron impresas en Segovia, ya que el obispo Arias Dávila había traído al impresor alemán Juan Párix para editar el «Sinodal de Aguilafuente», que fue impreso en 1472″.
En cuanto a las técnicas de restauración de los documentos, realizadas en el departamento de Documento Gráfico del Centro de Restauración, tras los análisis del estado de los documentos, se ha procedido a extraer los documentos inscritos dentro de las tapas de los libros, para posteriormente proceder a su limpieza y alisado y a dotarles de un sistema de protección individual para cada documento.
Además, los textos han sido digitalizados para facilitar su estudio y análisis posterior por parte de los investigadores, evitando así la manipulación de los documentos originales