Miles de personas se congregaron ayer, Domingo de Ramos, en las calles del centro de la capital vallisoletana para celebrar la llegada de la ‘Borriquilla’, cuya imagen representa la ‘Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén’, y en la que los niños y sus palmas fueron los principales protagonistas de un acto tradicional de estas fechas.
Así, cientos de cofrades arroparon el paso, tallado por Francisco Giralte en el siglo XVI, durante su recorrido por céntricas calles de la capital del Pisuerga, a hombros de los hermanos de la Cofradía de la Vera Cruz.
La ‘Borriquilla’ comenzó su procesión puntual, a las 12.00 horas, desde la Iglesia Penitencial de la Vera Cruz, situada en la calle Platerías. Allí, y bajo la atenta mirada de cientos de padres y niños, congregados a las puertas del templo, incluso una hora antes para ver su salida, arrancó su tradicional recorrido al son de la banda musical de la cofradía titular del paso.
Con palmas en las manos, miles de fieles y curiosos acompañaron a las secciones infantiles de las hermandades vallisoletanas a lo largo de un recorrido que discurrió por las calles de Macías Picavea, Plaza de la Libertad, Plaza Portugalete y Arribas, hasta llegar a la Catedral.
Un vez en la Seo, sobre las 12.40, cuando llegó el paso, representantes de todas las cofradías de Valladolid, dos por cada una de ellas, recibieron a la imagen, antes de seguirla en la segunda parte del recorrido. Entre ellos, el cardenal y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, vestido de blanco y rojo, color este último que sólo usa dos veces al año, el Domingo de Ramos y en el Corpus.
Tras la recepción de las 20 hermandades, la comitiva continuó la procesión por las calles de Regalado, Duque de la Victoria, Claudio Moyano, Santiago, Plaza Mayor (donde las gradas habilitadas durante para la Semana Santa estaban repletas), Ferrari, Quiñones y Plaza del Ochavo, antes de regresar al punto de partida de la procesión, en la calle Platerías.
Finalmente, Blázquez dirigió la plática e impartido su bendición a los asistentes desde el pórtico de la Iglesia Penitencial, momentos antes dar por concluidos los actos principales del Domingo de Ramos con la entonación del ‘Hosanna al Hijo de David’.
La Cofradía Penitencial de la Vera-Cruz es la más antigua de las hermandades vallisoletanas y tiene su origen en el Convento de San Francisco, hoy desaparecido y que se encontraba en la Plaza Mayor. Aunque se desconoce la fecha de su fundación, se tiene constancia de que en el año 1498 el Ayuntamiento le otorgó ayuda para la construcción de un Humilladero en la Puerta del Campo.
A finales del siglo XVI realizó en la céntrica calle de Platerías su Iglesia Penitencial que, en su interior, alberga un museo de la imaginería con algunos de los mejores conjuntos de la Semana Santa vallisoletana: ‘La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén’, único conservado de los antiguos pasos de papelón fechado en el siglo XVI; el conjunto de ‘El Descendimiento’, de Gregorio Fernández; ‘La Dolorosa de la Vera-Cruz’, del mismo escultor y originariamente situado en el anterior paso, y ‘La Oración del Huerto’, realizada por Andrés Solanes en 1629.
Esta Cofradía también es titular de las imágenes del ‘Cristo Atado a la Columna’ (1619) y el ‘Ecce-Homo’ (de en torno al 1620).
Los nazarenos de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz visten túnica negra con bocamangas de encaje, capa de paño verde, capirote y zapatos negros y guantes blancos (negros el Viernes y el Sábado Santo).
