Lejos de poseer un sentido meramente ornamental o decorativo, las joyas fueron utilizadas desde hace miles de años como amuletos, elementos de protección contra los malos espíritus o para atraer las buenas vibraciones. Esta conexión ancestral es la que da sentido a la exposición ‘Las profundidades del Acueducto’, que alberga piezas de joyería artesanal de Ángela Cebolla y los monstruosos dibujos de Rubén Garzás.
La muestra permanecerá abierta en la sala de exposiciones de la Cámara de Comercio de Segovia hasta el viernes 9 de enero y propone un binomio basado en “las energías no visibles” de esos dos aspectos: lo bello y lo terrorífico con técnicas bien distintas.
Rubén Garzás (Madrid, 1977) propone una restrospectiva de su obra como dibujante en la que se encuentran algunas de las creaciones publicadas en el libro ‘Violencia y terror’ publicado por la editorial Belleza Infinita en 2011. Se trata de una selección de dibujos realizados con bolígrafo, que presentan escenas monstruosas de destrucción y maldad, protagonizadas por mujeres intocables o zombis.
Imágenes oníricas que tienden a lo violento y dejan ver las influencias barrocas, hiperrealistas y del cómic de Garzás que, de adolescente, encontró en la autobiografía de Luis Buñuel, ‘Mi último suspiro’, la vía de escape para su creatividad. “Es un provocador”, afirma su compañera de exposición.
Por su parte, Ángela Cebolla (Madrid, 1967) imprime su parte creadora a través de su álter ego como emprendedora, ‘Lucrecia Joyas Históricas’, en cuyas piezas artesanas plasma la historia de Segovia. Colgantes, llaveros, pulseras y pendientes que representan el patrimonio artístico y cultural, desde esgrafiados a las vidrieras de la Catedral, pasando por la silueta de la Mujer Muerta o el Acueducto. Fragmentos de la identidad segoviana realizados en plata, bronce o metalistería ornamental y que comparten sala con las terroríficas creaciones de Garzás.
La artesana reside actualmente en Palazuelos de Eresma, el lugar desde donde crea las matrices de unas joyas que “permiten llevar con uno mismo esa parte emocional de Segovia” y aunque se define como “un espíritu nómada”, reconoce que siente “un fuerte vínculo con esta provincia”.