El golpe a ETA en Portugal ha resultado ser mucho más jugoso de lo que parecía en un principio. La base de la banda en el país vecino no albergaba solo 500 kilos de explosivos, sino el triple de esa cantidad.
Tal y como informaron las Fuerzas de Seguridad lusas y el Ministerio español del Interior, en la casa de Obidos había también varios planos de Madrid, Cádiz y de la localidad gaditana de San Fernando, según informó ayer el Ministerio del Interior. El inmueble -situado a unos 125 kilómetros al norte de Lisboa- albergaba asimismo varios ordenadores y diverso material que está siendo analizado, y que ha permitido confirmar que Andoni Cengotitabengoa Fernández y Oier Gómez Mielgo, ambos huidos, eran los terroristas que la habitaban.
Las fuerzas policiales encontraron en el garaje 1.330 kilogramos de nitrato amónico -sustancia empleada por los terroristas para la elaboración de amonal- distribuidos en 12 bidones y cuatro sacos; 75 kilogramos de nitrato potásico en tres sacos, 40 litros de ácido sulfúrico, pentrita, polvo de alumnio y nitrometano, un reforzante utilizado por la banda durante los últimos años para la fabricación de amonitol, un explosivo con gran capacidad destructiva. Aunque las primeras informaciones cuantificaban en media tonelada la cantidad de explosivos hallados, Interior la elevó ayer a casi 1.500 kilos, que, no obstante, ya no deben preocupar a nadie, puesto que la Policía portuguesa detonó de forma controlada todo el arsenal.
En la vivienda se localizaron, además de dos computadoras portátiles, una carpeta con papeles relacionados con el alquiler, dos documentos de identificación, una cámara de fotos, un móvil, papeles manuscritos sobre circuitos integrados impresos con el anagrama de la banda y un CD. También una caja con tres teléfonos rotulados con las inscripciones Madrid, Portugal y Cádiz, y otra con la inscripción Mundo, que, según Interior, se corresponde con un tipo de tarifa telefónica de prepago. En el lugar se ha encontrado asimismo una fotografía carné que corresponde a Gómez Mielgo, así como varias cajas vacías que podrían ser utilizadas para confeccionar bombas-lapa.
Esta operación comenzó el 1 de febrero, cuando, al detectar un control de la Guardia Nacional Republicana en Obidos, los ocupantes de una furgoneta blanca se desviaron por unos caminos perdiendo la placa delantera del vehículo, el cual abandonaron momentos después para huir andando. El coche, que portaba una matrícula falsa que correspondía a otro de la misma marca, modelo y color, había sido robado casi un año antes .
En su interior aparecieron varias matrículas portuguesas, cuatro detonadores de los utilizados por ETA y un ticket de una compra realizada el pasado 17 de enero en un supermercado.
planes macabros. Por otro lado ayer se supo que el ex jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, y su lugarteniente, Aitzol Iriondo, ordenaron en 2005 al comando de legales desarticulado en las últimas semanas en Ondárroa que asustaran a empresarios que habían sido previamente extorsionados y que atentaran contra aeropuertos y oleoductos, entre otros objetivos.
La dirección de ETA remitió estas órdenes al presunto dinamizador del grupo, Aitzol Etxaburu, y a Igor Martín Niño y Asier Badiola, actualmente en prisión.
Etxaburu, cuya detención el pasado agosto motivó la localización de 14 zulos en Francia, se vio obligado a huir al país vecino y dejar en suspenso la actividad del comando tras ser perseguido por la Policía. No obstante, la falta de efectivos de la organización terrorista obligó a Txeroki a volver a encomendar tareas operativas a Etxaburu, que regresó a España en septiembre de 2007 para montar un nuevo comando, que recibió el nombre de Tontor.
Para ello captó a Ibon Iparaguirre, que se convirtió en jefe de esta nueva estructura, y recuperó a Asier Badiola, pues junto a ambos había cometido dos atentados contra las obras del TAV, otro contra un repetidor en Azpeitia y un cuarto contra la Casa del Pueblo de Elgoibar.
En busca de más escondites.- La Policía portuguesa busca a varios terroristas como responsables de la fabricación de la base de ETA explosionada ayer y de otros posibles «escondrijos». Los Cuerpos de Seguridad lusos, que celebraron el viernes una reunión de coordinación según diversos medios, tratan de localizar a dos o tres presuntos miembros de la banda terrorista vasca por organizar el arsenal de Obidos y la posible existencia de alguna otra vivienda o de zulos excavados en el campo.
De hecho, los hechos revelados por las autoridades en Portugal y por diversas fuentes de la lucha antiterrorista en España, apuntan a que el grupo podía tener más miembros.
Algunos vecinos del chalet de Obidos han declarado que, a finales de enero, percibieron la presencia de otras personas en la casa, que ni siquiera intentaron ocultarse, hasta el punto de llegaron apensar que eran los invitados de alguna fiesta. Además, cuando los dos inquilinos ya identificados abandonaron el lunes, en un camino, la furgoneta con los detonadores para evitar un control rutinario de la GNR en la zona, se cree que pudieron ser recogidos por otro vehículo.
