La Asociación Andrés Laguna para la Promoción de las Ciencias de la Salud ha advertido de que el informe de la Agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la Investigación del Cáncer solo confirma la relación ya conocida entre el consumo excesivo de productos cárnicos con algunos tipos de cáncer y cuantifica además el nivel de riesgo.
El profesor de la Universidad Internacional de la Rioja Javier Tejedor, presidente de esta asociación, ha manifestado la importancia que tiene precisamente esa cuantificación del riesgo. Según el informe, este se incrementa en un 18 por ciento para el caso del cáncer de colon en el supuesto de un consumo de más de 50 gramos diarios de derivados cárnicos, o en un 17 por ciento para un consumo diario superior a 100 gramos de carne roja.
A través del blog de esta Asociación segoviana, Tejedor indica que la reciente alerta sobre la el consumo de carnes rojas y procesadas está causando bastantes reacciones en el mundo sanitario y en el de los productores de alimentos, pero que sobre todo se está provocando al consumidor una honda preocupación «con mensajes contradictorios y poco claros» entre las distintas autoridades nacionales y supranacionales. Sin embargo, incide en que lo que se está hablando ahora son cuestiones que «más o menos» ya se sabían. El experto apunta en este sentido que existen compuestos químicos que la propia OMS ha declarado como cancerígenos que son integrantes o contaminantes de alimentos, como son las nitrosaminas presentes en algunas carnes procesadas o los hidrocarburos policíclicos aromáticos, que se producen en el cocinado a alta temperatura —plancha o parrilla—, o la acrilamida que surge al cocinar sobre todo cereales. Tejedor, especialista en Alimentación, reconoce que poner la carne como cancerígeno al mismo nivel que el tabaco o el asbesto «asusta un poco», por lo que ofrece cifras sobre el riesgo en ciertos consumos.