La directora del Open Castilla y León no cree demasiado en los milagros, sino en el trabajo diario, aunque tiene bastante de milagroso que consiga estar presente en todas las partes del torneo, y además pueda criar a su hija, Victoria, de pocos meses, “afortunadamente tengo a mi lado a mi marido y a mi familia que me ayudan. Es muy cansado compaginar ambas cosas, pero el haber sido deportista creo que me está ayudando a llevarlo lo mejor posible”.
¿Usted cree en los milagros?
Siempre se ha dicho que esto es el Milagro de El Espinar. Pero detrás del milagro hay mucha gente trabajando, porque hay muchos años de torneo, porque hay sponsors que ayudan a que el milagro sea realidad, y porque hay una organización que, aunque las cosas económicamente no están como nos gustaría, sigue apostando por que aquí haya un Open como éste.
¿Cuántas veces este año ha pensado, “lo dejo”?
No solo este año, sino prácticamente desde que entré como directora; con la crisis, muchas veces he llegado a decir que éste es el último año, que ya no puedo más… y cinco años después aquí seguimos, siempre esperando que esto remonte y que las cosas vayan cambiando. Este año, con la creación del torneo femenino hemos visto una lucecita, pero aún que mucho por remontar. Cuando acabe el torneo, habrá que hacer otra vez la apuesta, pero solo si las cosas van a mejorar, porque la gente quiere ver aquí el torneo que había hace siete u ocho años.
El apoyo de la Junta creando el Circuito más la aportación económica que otorga al torneo, se ha convertido en imprescindible.
Sin duda. La Junta siempre ha apostado por el evento. Cuando entró la crisis, realizó una apuesta por dos eventos deportivos, la Vuelta a Burgos y el Open de El Espinar, y eso es algo que hay que agradecérselo, porque sin ellos esto no sería posible. Pero se necesita un poco más de colaboración de otras instituciones, incrementando un poco más el apoyo, que a veces no se cuantifica en dinero, sino en buscar otros soportes, para que esto siga creciendo y ganando en imagen y en poder traer mejores jugadores, que las chicas sigan creciendo y se pueda hacer todo el ITF en El Espinar y no en dos sedes… son muchas cosas.
¿Qué va a decir Vivi Ruano cuando pasen el torneo y las buenas palabras, y llegue el mes de septiembre, en el que hay que montarlo todo otra vez?
Está claro que es en esos meses en los que habrá que perfilar los presupuestos de 2016, sentarse y dejarlo todo muy claro y por escrito, para que no pueda haber marcha atrás, porque julio se echa muy deprisa, y nos vemos otra vez como este año, que con el cambio de representantes de las instituciones por las elecciones se nos han quedado muchas cosas que teníamos preparadas en el tintero, y en otras nos ha tocado correr.
Así que lo que dirá es que, o se firma todo, o habrá que plantearse otras cosas.
Con la experiencia que tenemos, hay que dejarlo todo cerrado para poder trabajar, porque un año pasa muy rápido. Hay que poder trabajar bien, y no llegar corriendo a hacerlo todo.
¿Llegará un momento en el que la directora del torneo se plantará, y dirá que no se pueden cruzar más rayas?
Está claro dónde está nuestro límite por abajo. Si no se va mejorando hay que plantearse otras cosas. Luchar por algo es lo bonito, pero hay que saber hasta dónde se puede llegar. Hemos salido de la crisis, hemos mantenido el torneo que era el objetivo, pero ahora hay que mejorar. Ya no vale seguir manteniéndonos, ni dar pasitos hacia atrás. A partir de ahora solo se pueden dar pasos hacia delante.
