El Ayuntamiento de Segovia abrió en la mañana de ayer al tránsito peatonal y de vehículos la calle Echar Piedra, en San Lorenzo, tras la conclusión de las obras de urbanización de una vía que permite enlazar Cardenal Zúñiga y Jerónimo de Aliaga con Los Molinos, alejando el tráfico de la plaza del barrio, en lo que el Ayuntamiento quiere que sirva también para descongestionar la Plaza de la Artillería.
La alcaldesa accidental, Claudia de Santos, acompañada por los concejales de Tráfico, Alfonso Reguera; y Participación Ciudadana, Blanca Valverde, visitó ayer las obras de urbanización, ejecutadas por la UTE Alvac-Elayco, con las que el antiguo camino entre huertas ha pasado a ser una calle dotada con todos los servicios básicos y pavimentada, preparada para el paso de vehículos y el paseo de los peatones.
La ejecución de estos trabajos ha sido posible gracias al convenio urbanístico suscrito entre el Ayuntamiento y los propietarios de las parcelas afectadas, por el cual el consistorio se comprometía a urbanizar la calle y los propietarios a ceder, libre de cargas, los terrenos necesarios para la ampliación del vial. Y es que de los escasos cinco metros de ancho, la calle Echar Piedra ha pasado a los diez metros actuales distribuidos en un único carril de circulación de entrada al barrio desde la calle Cardenal Zúñiga hacia los Molinos, y una banda de estacionamiento en línea, aceras con arbolado, mobiliario urbano y alumbrado público.
En la entrada a la calle, desde Cardenal Zúñiga, se ha definido una zona estancial y colocado un pilón que recoge el agua de la Real Cacera de Regantes. Desde ahí, entubada, el agua se distribuye entre los regantes a lo largo de la calle Echar Piedra. Por encima de esta zona se ha construido una rampa de acceso a los residentes de las casas superiores.
Además de en la superficie, se ha actuado bajo tierra. A partir de ahora la calle cuenta con una red de distribución de agua potable y una red de saneamiento con un colector que recogerá las aguas del futuro caudal procedente de los sectores A y B; así como red de telecomunicaciones, energía eléctrica y gas natural.
Causas geológicas e hidrológicas inesperadas, surgidas durante el movimiento de tierras, obligaron a modificar el proyecto inicial y a ampliar el plazo de ejecución. Al final se han invertido unos 742.000 euros y diez meses para completar los trabajos.
