Tras las fiestas navideñas la alcaldesa, Clara Luquero, a preguntas de los medios locales, hizo ayer un balance de la cabalgata de Reyes de la tarde-noche del día 5, justificando la menor presencia de público por la “temperatura gélida que helaba el alma”, especialmente en la zona del Enlosado de la Catedral y defendió el carácter popular y artesanal del cortejo segoviano.
Sin embargo, añadió que “no me parece nada inoportuno que se incorpore nuevo diseño” a la indumentaria —en referencia a los trajes de los reyes magos de Madrid—. “La imaginación y la creación contemporánea puede abarcarlo todo, puede estar presente en la cabalgata y en otros festejos populares perfectamente”, sostuvo la regidora. Para Luquero las polémicas políticas en torno a estos aspectos no tienen mucho sentido cuando hay otros problemas más graves como familias sin recursos con niños que no tienen cubiertas sus necesidades básicas.
Aunque descartó de momento algún guiño feminista en la cabalgata de Segovia dijo “no lo veo mal, me parece que las reinas Melchora, Gaspara y Baltasara pueden estimular la imaginación y aportar tanto como Melchor, Gaspar y Baltasar”. Luquero cerró este asunto asegurando que “la ciudad de Segovia ya tiene sus medios y no tenemos los recursos para innovar cada año, pero hay que tener una mirada abierta a la creación”.
La alcaldesa recordó que desde el Gobierno municipal, y concretamente desde la Concejalía de Cultura que ella misma dirigió desde 2003 hasta el pasado verano, “los cambios que hemos considerado oportunos los hemos hecho en los últimos doce años, casi trece”. En este sentido explicó que se acordó que la salida de la cabalgata se realizara desde el Alcázar, al tratarse del castillo de la ciudad —este año ha sido la excepción por las obras que se ejecutan en la Torre de Juan II—; se apostó porque tres artistas segovianos: Marisel Jiménez, Antonio Madrigal y Carlos Muñoz de Pablos diseñaran hace diez años las carrozas de los magos — “es importante agradecérselo y reconocer la generosidad que tuvieron con la ciudad entonces”, señaló Luquero—, y por mantener el espíritu popular, con ciudadanos voluntarios que se implican y se convierten en ayudantes de los reyes ese día y otras apuestas como la indumentaria artesanal, de costura, y que la cabalgata no esté vinculada a firmas comerciales “para mantener su pureza”, indicó.
Reconoció que precisamente ese carácter popular puede tener algunos inconvenientes, como el hecho de que el cortejo pueda deslucirse de alguna manera cuando alguien que participa dentro de la Cabalgata, por ejemplo, “ve a su sobrino, que le dice tío y se acerca a darle un beso”. En definitiva, sostuvo que se trata de un acto “muy popular” “con sus pros y sus contras, pero nos quedamos con sus contras”.
Luquero recalcó, por otra parte, que la organización extrema las medidas de seguridad y cada una de los reyes lleva al menos 16 personas alrededor para que ningún niño pueda acercarse con riesgo a las carrozas a coger caramelos o para ver a los personajes.
La alcaldesa reiteró que en la Cabalgata segoviana participaron más de 400 personas, entre los que integraban el acompañamiento musical y voluntarios de los cortejos. “Nos quedamos con lista de espera porque hay más gente que quiere entrar”, añadió. En todo caso, aunque estimó que el martes el seguimiento del cortejo fue masivo, no llegó “a las multitudes de los dos años anteriores, en los que las temperaturas fueron más benévolas para la época”.