Nacido en Bernuy de Porreros en 1954, Carmelo Olmos representa el ejemplo de muchos segovianos que tuvieron que emigrar para desarrollar su talento profesional en otras provincias, sin que ello les haya hecho perder el amor por su tierra natal, de la que destacan su potencial de desarrollo.
Lleva en la sangre el espíritu emprendedor heredado de las familias Olmos, vinculadas a la producción chacinera que ha tenido desde hace décadas Bernuy de Porreros.
En Bernuy nació y creció Carmelo Olmos. Como muchos segovianos de su época, se curtió y formó profesionalmente en su tierra natal, aunque ha desarrollado su talento en Madrid. Sin embargo, él no ha perdido su apego a su tierra, donde mantiene parte de su familia.
Recuerda de su niñez su etapa escolar en el pueblo y a su maestro, don Anastasio; sus juegos en la calle, en las eras, con grandes nevadas en invierno, donde cualquier descampado les servía como improvisado campo de fútbol. Ese deporte le continuó practicando en los años siguientes que le llevaron al colegio de los Padres Misioneros, en Segovia, donde cursó hasta el Preuniversitario.
De ahí se matriculó en el Colegio Domingo de Soto, formando parte de las primeras promociones segovianas de Derecho, formación que continuó en la Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció, para, seguidamente, colegiarse y ejercer su actual profesión.
Sus inicios laborales los desarrolló en un despacho de procuradores en Madrid, y en un gabinete de patentes y marcas. En 1978 se independizó y abrió su propio despacho. A partir de ahí nació Coymel Asesores, su actual empresa donde abogados y procuradores se dedican a todo tipo de procedimientos. Junto a esta sociedad en la que trabajan seis profesionales, Carmelo Olmos, con otros dos socios, ha puesto en marcha otra empresa dedicada a la producción, edición, realización de servicios y reportajes fotográficos, periodísticos y audiovisuales, Esif Imagen y Fotografía.
Carmelo Olmos es uno de los integrantes de la nueva asociación de Empresarios en el Exterior que forma parte de la FES. Gracias a su excelente capacidad para las relaciones públicas, mantiene contactos esporádicos con sus antiguos compañeros de estudios. También gracias a su etapa futbolística le permitió conocer la provincia, entablar amistad con otros muchos jóvenes segovianos que, como él, forman parte de unas generaciones que representan a profesionales emigrados, preparados, esforzados y amantes de la vida sana.
Hace tiempo que cambió el balón por los palos de golf, actividad que practica en el campo de La Moraleja, uno de los más reconocidos de Madrid, que cuenta con cuatro campos de 18 hoyos cada uno. Lleva una década jugando y ha alcanzado un hándicap de 8,8.
Con este espíritu conocedor de su tierra natal, con la genética emprendedora heredada, y desde la perspectiva que le da la distancia, Carmelo Olmos es optimista sobre el futuro de Segovia. “Su proximidad a Madrid y las nuevas comunicaciones facilitará su desarrollo y el progreso. Creo que Segovia tiene gran potencial de futuro”, resume.
