El Adelantado de Segovia
domingo, 16 noviembre 2025
  • Segovia
  • Provincia de Segovia
  • Deportes
  • Castilla y León
  • Suplementos
  • Actualidad
  • EN
El Adelantado de Segovia

La ‘tribu’ de Collado se queda en Madrid

por S.G.H
29 de marzo de 2020
en Segovia
Raúl Barra, ayer en un aperitivo virtual con amigos. / E. A.

Raúl Barra, ayer en un aperitivo virtual con amigos. / E. A.

Compartir en FacebookCompartir en XCompartir en WhatsApp

Otoño Enológico Rural. Vino y mucho más

Cardalalana representa ‘La vida de Brian’ en el teatro Juan Bravo

Entrega de la bandera a la Academia de Artillería

Cuenta Raúl Barra Revenga, un enamorado de Collado Hermoso, el pueblo de su familia y que de lunes a viernes reside y trabaja en Madrid, que en este pueblo segoviano, situado a los pies de la Sierra de Guadarrama, a diferencia de otros de la zona, antes del estado de alarma “todo el mundo salía a la calle. Pasabas con el coche y siempre veías gente y en otros no, son de estar más en casa, pero Collado es más tribu”.

Raúl forma parte de un numeroso grupo, cerca de medio centenar de personas, ahora entre los 40 y los 50 años, aunque los hay mayores y también con menos edad, que se conocen desde niños, que han pasado los mejores momentos de su infancia en Collado Hermoso y que antes del coronavirus iban con mucha frecuencia al pueblo, una quincena de ellos todos los fines de semana.

Es el caso de Nuria Guedán, hija de una natural de Collado, con casa allí, su marido, su hijo de 10 años y su hija de 6. “Nos gusta mucho, sobre todo a mí, porque Collado tiene una situación privilegiada, con la Sierra, y es pequeñito pero está muy bien comunicado. Nos gusta ir y tomar el aperitivo con los amigos en los dos bares del pueblo, en invierno tienes la chimenea, puedes subir a la montaña, hacemos rutas, cogemos boletus en otoño… Cada estación del año tiene su encanto”, explica.

Este año, además, forma parte de la directiva de la Asociación Fuente Plateada, que organiza “actividades enfocadas sobre todo a que el pueblo tenga gente durante todo el año, no solo en verano, y a que los mayores, que viven allí todo el tiempo, puedan salir y participar en actividades culturales, gastronómicas; otras son para los niños, hay un poco de todo”.

Raúl y Nuria, que son amigos desde hace muchos años, llevan de forma muy diferente su confinamiento en Madrid. El primero vive solo y cuenta que el primer fin de semana, el del 14 y 15 de marzo, “me dije, bueno, vale, al pueblo no podemos ir, y no debemos, y empiezas con todas esas cosas que vas dejando pendiente en casa y nunca haces. Eso fue el viernes. El domingo por la noche era ya la agonía en casa y pensé que tenía que haber bastantes problemas en la ciudad porque vivo en la zona nueva de Vallecas pero en Vallecas Villa hay mucha gente con bastantes menos recursos y está claro que son los que más sufren la situación”.

En internet supo de la formación de grupos vecinales de ayuda y a través de Facebook se puso en contacto con uno de Vallecas. El lunes 16 de marzo ya estaba metido hasta dentro en una labor que, por un lado, le genera cierta inquietud porque “nos movemos de un lado a otro, somos voluntarios y hay momentos que no estamos en casa pero también pienso en el soporte social que estamos dando, llegando a sitios donde no puede llegar la Administración ahora”.

Sostiene, además, que las dos chicas que pusieron en marcha este grupo de apoyo tenían experiencia en movimientos sociales y el nivel de organización es muy alto, con 12 comisiones o subgrupos especializados –él está en el de mascarillas y trabajando en el que puede ser el 13º para fabricar hidrogel–, que ya funciona bastante bien un Banco de Alimentos y hay personas que diseñan las rutas para optimizarlas y no exponer a los voluntarios más de lo necesario. En dos semanas son ya más de 200 voluntarios.

De lunes a viernes Raúl trabaja de 9,30 a 18,30 horas en un laboratorio farmacéutico, en las oficinas, donde ahora se ha reducido mucho la actividad presencial y la mayoría hace teletrabajo. Así se da soporte al personal de producición, en este momento cerca de 250 de los más de 300 que tiene la empresa. Tras salir del trabajo, a las 19 horas inicia su labor de voluntariado llevando mascarillas u otro material de protección donde se necesita, como al Hospital Infanta Leonor, el más grande de la zona, otros más pequeños, residencias de ancianos, etc., en contacto con costureras y costureros que no paran de “coser, coser y coser”. Los fines de semana la labor social no para, incluso se intensifica pero también hace hueco para los amigos y ayer domingo celebraron un aperitivo virtual.

Raúl barra ha vuelto a donar sangre: “ahora está más sana, sin las cañas del fin de semana”

Nuria y su familia no llevan bien el confinamiento en Madrid. Al menos ella dice que está pasando por momentos horribles. “En el pueblo salías de casa y aquí estamos encerrados literalmente entre cuatro paredes. En Collado salías con los niños y las bicis a la calle, a la plaza, al parque y, no es que les dejaras solos pero te despreocupabas un poco, estaban con otros niños y tú hablabas con unos y con otros. Hemos pasado de tener mil actividades los fines de semana a estar metidos en una casa de 70 metros cuadrados cuatro personas”.

La “semana horrorosa” de esta familia se define por el teletrabajo de los padres pero con los niños “cada cinco minutos ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá! y luego están los deberes: descárgalos de la aplicación, hazlos con ellos porque con esa edad no se ponen solos ni aunque les mates, haz una foto cuando los hacen y súbela a la aplicación… El día a día es un descalabro porque tienes que hacer comidas cuanto antes los niños se quedaban al comedor escolar…Todo eso te va encrespando un poco y llega el fin de semana y estás encerrada”.

Su hermana, que vive en Collado, le envía audios con cantos de los pajarillos del corral y ellos tiene que conformarse con hacer un aperitivo en la terracita de su casa urbana, hacer gimnasia en el salón con los niños o solos, ver alguna película, juegos de mesa… “Hoy vamos a intentar hacer un bizcocho, por cambiar un poco”, confiesa poco convencida. Aprovecharon el fin de semana para hacer videollamadas, el viernes con la familia de su marido, de la Bretaña francesa, ahora también confinada, y el domingo con amigos de Collado.

“Llevo muy mal el encierro porque es verdad que a mí Madrid ya me gustaba poco antes de por sí, tengo muy idealizado el pueblo porque para mí es los amigos de la infancia, los abuelos, todo lo más entrañable. Ahora encima es primavera y debe estar todo verde. Facebook me recuerda fotos de hace un año y digo ¡Madre mía’ Si el año pasado estábamos subiendo la montaña o comiendo cochifrito en Navafría; cosas a las que no dabas mucha importancia y ahora mismo hasta pensar en un paseo hasta el río, hasta los ‘dientes’, te parece la cosa más maravillosa del mundo. En ese sentido vamos a apreciar más las pequeñas cosas”.

7 1 antes del coronavirus
Una merienda intergeneracional en el entorno de Collado Hermoso antes del estado de alerta. / E. A.

La polémica

Aunque casi no tiene tiempo de añoranzas, Raúl asegura que echa de menos el pueblo: “Somos animales de costumbres. Tanto yo como mis amigos, los que vamos los fines de semana a Collado, al principio fue como ¡Dios mío! pero luego todo el mundo, y casi mejor los niños, que se adaptan mucho más rápido a todo, está cumpliendo las normas. Me cuentan que hay quien está yendo en fines de semana a El Espinar y otros sitios. Eso no puede ser. A mí también me gustaría irme y más este fin de semana con sol pero por lo que veo con mis amigos, somos responsables, es un deber ciudadano”.

No niega que al principio tuvo algún roce con quienes criticaban a los madrileños que se movían a otros sitios. “No se puede culpar a nadie porque a Madrid venían todos los días centenares de personas de Segovia a trabajar que cuando salían del trabajo volvían y podían estar moviendo el virus. Al final, lo que está claro es que cuánto menos gente se mueva, menos carga viral habrá circulando”.

Nuria tiene una opinión parecida: “Hay que decir que en Madrid hay muchísima gente que no es de Madrid, que trabajan aquí y son bien acogidos. No se puede culpar a los madrileños”.

Su experiencia y su modo de vida antes de esta crisis sanitaria invitan a reflexionar sobre si uno es de donde trabaja y duerme o de dónde realmente vive en familia y con amigos los fines de semana. ¿Cuál es la primera y la segunda residencia en este caso?

Compartir en Facebook122Compartir en X76Compartir en WhatsApp
El Adelantado de Segovia

Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

  • Publicidad
  • Política de cookies
  • Política de privacidad
  • KIOSKOyMÁS
  • Guía de empresas

No Result
View All Result
  • Segovia
  • Provincia de Segovia
  • Deportes
  • Castilla y León
  • Suplementos
  • Actualidad
  • EN

Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda