El sueño gimnástico se desvanece, la permanencia se aleja y los infiernos del descenso se aproximan más que nunca. Sobró pundonor, arrojo y hambre. Faltó acierto. La Gimnástica Segoviana mereció más, pero dejó escapar una nueva oportunidad de oro, quizás una de sus últimas vidas en Primera RFEF, en una plaza difícil de torear frente a una Real Sociedad ‘B’ inmersa en la lucha por el playoff de ascenso que se encomendó a la figura de Aitor Fraga para rescatar un empate en La Albuera. Un punto insuficiente a ojos del equipo gimnástico que, a espera de que el resto de resultados en la jornada acompañen, lo acerca a la sentencia (0-0).
En los prolegómenos, la consigna era cristalina: ganar y esperar. Se podía decir más alto, pero no más claro. Y, ante esa premisa, Ramsés Gil apostó por un once ofensivo, con hasta cinco variaciones respecto al último choque frente al Barakaldo e incluso con un cambio de esquema. El gol, al verde. Así, Oliva volvió a la portería gimnástica en lugar de Carmona, línea de tres para Abel Pascual, Sergi Molina y Rubén, carrileros largos para Berlanga y Céspedes, manija del timón azulgrana para Manu con Fer Llorente y Fernán como compañeros de medular, y arriba para el gol Josh Farrell y Diego Gómez.
Sobre La Albuera, la propuesta osada de la Segoviana la llevó, dada su urgencia y obligación, a hacerse dueña y señor del choque. Más mandona, no tardó en atisbar la portería de Fraga con Diego Gómez como protagonista por partida doble, primero con un amago de volea que el ‘9’ no cazó y, más tarde, con un fuera de juego cuando el ariete de Trescasas ya se veía en el mano a mano. Una declaración de intenciones durante los primeros compases que pilló con el pie izquierdo a un filial donostiarra más comedido, con más pie y buscando sin éxito ser dañino al espacio de la espalda azulgrana.
Ataque sin premio; Oliva sujeta
Los minutos pasaban, el choque comenzó a romperse y los porteros no tardaron en aparecer. En área vasca, una diagonal de Josh Farrel desde el franco izquierdo acabó con un disparo a media altura que obligó a Fraga a intervenir con una buena manopla en la que en el rechace en semifallo de Diego Gómez no estuvo acertado. En la réplica, Oliva no se quedó atrás con un misil seco de Carbonell desde larga distancia sobre el que el guardameta segoviano voló para mantener las tablas.
Bofetones sin premio que fueron el preludio a un guion de partido con color gimnástico, más insistente, con mayor valentía, al que sólo le faltó acierto. No fue por intentos, con un tímido cabezazo de Sergi Molina a la salida de un córner y un doble intento de chilena de Abel Pascual y Farrell. Minutos antes, la nota negativaen clave azulgrana fue la lesión de Berlanga con un previsible pinchazo que obligó a Maroto a hacer acto de presencia.
De ahí al descanso, el intercambio de golpes no cesó. Oliva volvió a aparecer para detener un disparo al cuerpo de Balda en área pequeña y, en las dos últimas acciones del primer acto, Fer Llorente se llevó los focos en ambos lados del ring, primero con una acción providencial cuando Mikel Rodríguez ya pisaba área gimnástica y, más tarde, con un disparo manso desde el balcón del área a las manos de Fraga.
El ‘pero’ gimnástico del gol
Tras el paso por vestuarios, aparentó entrar mejor el equipo de Iosu Rivas corroborado en las botas de Goti con un chut potente que detuvo Oliva prácticamente de rodillas, pero tras el susto pasado, la Segoviana, bajo la batuta de Fer Llorente y Fernán, retomó el control. Hasta llevar a Fraga a salvar a la Real Sociedad ‘B’ al detener primero un cabezazo de Sergi Molina tras una falta lateral y, después, con una manopla de altos quilates tras un disparo duro de Fer Llorente con pierna izquierda desde la frontal del área.
Pasada la hora de juego, incapaz de tumbar la meta txuri urdín, Ramsés Gil movió ficha, retiró a Céspedes en detrimento de un Borrego que, apenas tres minutos fueron suficientes, para que llamase a la puerta de Fraga con un disparo manso y un centro a la cabeza de Abel Pascual que se marchó desviado. Sólo faltaba el gol. Con un cuarto de hora por delante, la Real Sociedad ‘B’ pudo mandar a la lona a la Segoviana en varios ataques con peligro en los que no estuvo fina. La culpable, la necesidad gimnástica que, entregada en cuerpo y alma, se lanzó con corazón sobre la portería vasca. Pero esta vez también con fútbol.
La condena, su falta de acierto y la exhibición de Fraga con una última mano salvadora a disparo de Farrell con la que, ya sí, fue definitiva para dejar el reparto de puntos. Así, una Segoviana sin reproches y con la soga al cuello nadó para morir en la orilla sumando un punto que sabe a poco, a muy poco, y que lo deja al filo del infierno. Por delante, tres finales, nueve puntos en juego y una salvación que se podría ir hasta los ocho de distancia. Sin gol, la vida de la Segoviana en Primera RFEF se apaga.
