Con sangre, sudor y lágrimas y propia de su ADN, la Gimnástica Segoviana sumó este domingo una victoria tan agónica como valiosa después de imponerse por la mínima a la SD Sarriana por 1-0 gracias al tanto de Samu Manchón prácticamente sobre la bocina. En un partido con dos partes bien distintas, una primera en la que dejó una imagen apática con balón y una segunda más reconocible y en la que no frenó hasta encontrar el tesoro, el conjunto de Iñaki Bea se alzó con tres nuevos puntos que lo permiten terminar por corroborar su gran arranque liguero (suma siete de nueve puntos posibles) y estirar una jornada más su condición de invicta.
En una tarde ventosa, Iñaki Bea dibujó un once con una única novedad respecto al último equipo titular que compareció frente al Valladolid Promesas: la entrada de Pau en lugar de Samu Manchón. En esas, Carmona volvió a ejercer de guardián gimnástico, con Iker y Rubén en los laterales y Josep y Morata como pareja de centrales; René y Diego Campo en la sala de máquinas, bandas para Ayán y el mencionado Pau; y en la punta de ataque la dupla formada por Marc Tenas y Álex Castro.
Ya sobre el verde, las alternativas y el alto ritmo se impuso a las pizarras porque el equipo de Iván Carril, con personalidad, no se arrugó buscando siempre la portería de Carmona, mientras que la Segoviana, a pesar de ser incapaz de tomar el mando, sí visitó área gallega en varias ocasiones bajo la fórmula de la presión alta. Un disparo desviado de René y un centro lateral de Ayán que no llegó Tenas al primer palo por escasos centímetros junto a un libre directo botado por Rubén que detuvo Fernando sin complicaciones fueron las primeras llegadas gimnásticas. Sin fútbol, pero con hambre. Instantes antes René y Ayán vieron cartulina amarilla en un abrir y cerrar de ojos.
Sin ideas ni pegada
El paso de los minutos tampoco dio pie a una Segoviana con mayor empaque, porque ni la medular formada por René y Diego Campo era idónea para ello, ni porque la Sarriana lo permitía, bien ordenada en defensa, buscando las transiciones rápidas por banda que se topaban con un Morata expeditivo y más cómoda sobre el verde. Y ante ese planteamiento gallego el conjunto gimnástico se dio de bruces, aunque las llegadas eran mejor que las sensaciones. En esas, la Segoviana avisó primero con un centro-chut de Pau que se marchó desviado y, acto seguido, con el gol anulado a Álex Castro a la media hora de juego, tras un envío preciso del propio Pau, en una acción que el asistente invalidó por fuera de juego sin protestas desde la grada.
De ahí al descanso, ese tanto anulado pareció despertar a la Segoviana que comenzó a crecer ligeramente, sobre todo por medio de centros laterales que no encontraron rematador. Sin embargo, fue la Sarriana quien gozó de las dos últimas ocasiones claras antes del descanso: un disparo potente de William que obligó a Carmona a intervenir, y un contragolpe bien hilado que solo Rubén y Tenas lograron cortar cuando Edu se disponía a rematar en boca de gol.
Tras el paso por vestuarios, Iñaki Bea buscó mayor control y movió ficha con un doble cambio dando entrada a Fer Llorente y Samu Manchón por René y Pau, pero la Segoviana no dio síntomas de mejora. Tanto que, diez minutos más tarde, el técnico vasco siguió agitando el árbol sustituyendo a Marc Tenas por Ivo. Minutos antes, el equipo gimnástico tuvo la más clara del partido por medio de un cabezazo de Álex Castro a centro de Iker que se marchó rozando la portería de Fernando.
Con la hora de juego cumplida y, unos cambios influyentes, principalmente el de un Samu Manchón muy participativo, el equipo gimnástico ya sí dio un paso al frente ganando metros ante una Sarrriana que, con el paso de los minutos, comenzaba a ver con buenos ojos el empate. Cerca estuvo de romperse, primero con un paradón de Fernando a Rubén a la salida de un córner y, acto seguido, con un remate de Juan Silva que se estrelló en la madera. La Segoviana ya estaba desatada, pero sin recompensa. Acabó llegando.
Samu Manchón derriba el muro
A diez minutos para el final, el ciclón gimnástico no cesó, a tumba abierta la Segoviana se abalanzó sobre la portería de una Sarriana que ya se defendía con uñas y dientes hasta que su insistencia pagó, no sin sudar tinta china. Con Fernando ya erigiéndose como el héroe gallego fue Samu Manchón quien, tras la enésima parada de Fernando en el mano a mano con Borrego, con un toque sutil de tacón transformó la tormenta azulgrana en tempestad y tiró la puerta gallega abajo con el ansiado 1-0 cerca de cumplirse el tiempo reglamentario.
Ya en él y, bajo el pie de Fer Llorente, la Segoviana inyectó cloroformo a una Sarriana con más corazón que fútbol y que pudo sentenciar el encuentro en las botas nuevamente de Álex Castro. El 2-0 no llegó, pero sí lo hizo un pitido final que terminó de desatar el estado de felicidad en una Albuera que ve como el equipo gimnástico sumó tres nuevos puntos valiosísimos con los que mantenerse en la parte alta de la clasificación y, de paso, mantenerse invicta tras tres jornadas. Siete de nueve puntos posibles y un nuevo triunfo que, con mucho de sufrimiento, sabe aún mejor.
