La primera y fuerte nevada del año que cayó en la noche del sábado al domingo en la ciudad de Segovia puso en jaque el duelo liguero entre Gimnástica Segoviana y Cultural Leonesa. En riesgo de suspensión ante un campo municipal de La Albuera que amaneció vestido completamente de blanco, un operativo gimnástico formado por miembros de la junta directiva, personal del club y aficionados voluntarios trabajaron a contrarreloj para que, horas más tarde, la presencia de la comitiva arbitral diese su total aprobación para disputar el choque. A jugar.

Duda resuelta y, con la lupa en lo meramente deportivo, el equipo gimnástico afrontaba la madre de todas las batallas, pues recibía la visita del líder de la competición para el que, precisamente la Segoviana, se había convertido en su último verdugo. Y cera estuvo de repetirse la historia. En la previa en clave azulgrana, Ramsés Gil, que debió pensar que mejor no tocar lo que funciona, optó por un once con apenas dos variaciones respecto al último partido y triunfo ante el Athletic ‘B’: David López a escena en lugar de Sergi Molina y Astray por un Borrego que, finalmente, no entró en convocatoria. El resto, sin cambios. Oliva bajo palos, con Silva y Céspedes como laterales, López acompañando a Abel, medular para De la Mata, Fer Llorente y Hugo Díaz, bandas para el propio Astray y Berlanga y en la punta de lanza, Josh Farrell.
Sobre el verde, entró mejor la ‘Sego’ pues, bajo el pie de Juan de la Mata junto al trabajo innegociable de Fer Llorente y Hugo Díaz, comenzó a ganar duelos a la par que terreno ante una Cultural algo apática e incómoda con balón que se vio sorprendida. Y el hambre gimnástico no tardó en gozar de su primer tentempié en un centro desde la derecha de Astray que Hugo Díaz cerca estuvo de cazar. Un aviso a navegantes segoviano que, ya sí, abrió los ojos al equipo leonés que, con el paso de los minutos, se sacudió el arreón azulgrana y tomó el control. Bajo el atajo de la espalda de Céspedes, el conjunto de Raúl Llona comenzó a crecer, olió sangre y replicó la llegada segoviana hasta por partida doble con dos disparos desde larga distancia de Chacón y Kevin Presa que se marcharon por arriba de la portería gimnástica.
OLIVA SUJETA, ABEL EJECUTA
Para entonces y, pasado el primer cuarto de hora de juego, la hoja de ruta inicial ya había cambiado, la Cultural dominaba, como se preveía, y la Segoviana esperaba su momento. Acabó llegando. Todo ello, mientras Oliva se volvía a vestir de héroe gimnástico ya que, a la salida de un córner botado por Calderón, el cabezazo de Eneko se dio de bruces con un paradón de muchos reflejos del joven guardameta azulgrana para mantener el resultado gafas. El guion comenzaba poco a poco a oscurecerse para los intereses de una Segoviana práctica, ya más tímida con pelota y solidaria en defensa, pero entonces apareció otra vez él al rescate. Abel Pascual. Con alma de delantero, el central gimnástico cazó un balón en el área a centro lateral anticipándose a la zaga leonesa y, con un toque sutil de pecho, la pelota le quedó en pierna izquierda con la que engatilló de disparo cruzado a Bañuz. 1-0 y tormenta desatada en La Albuera. De ahí al descanso, entre poco y nada sucedió, porque la Cultural trató de levantarse por medio del fútbol directo, pero una defensa con el cinturón bien abrochado de la Segoviana no se lo permitió.

Tras el reposo, el ciclón leonés no se hizo esperar. A base de centros laterales que despejó la zaga segoviana y con una nueva intervención de altos quilates de Oliva a disparo desde la frontal de Kevin Presa, la Cultural Leonesa se lanzó sin premio en busca del empate. Pero en ese empeño, Ramsés Gil, pasada la hora de juego, buscó contrarrestar el arreón visitante dando entrada a Manu y Diego Gómez por Hugo Díaz y Farrell.
El doble cambió sentó de maravilla a la Segoviana, que además de evaporar el vendaval rojiblanco, pudo incluso sentenciar el choque, primero con una llegada a la que Álvaro Martínez le negó el gol a Astray con Bañuz ya vencido y, acto seguido, con una jugada personal de Diego Gómez al que su disparo le faltó colocación. Y, al final, como un ley no escrita en el fútbol, quien perdona la paga. Y la Cultural Leonesa acabó dando de su propia medicina a la Segoviana tomándose la revancha del capítulo en el Reino de León.
MANU JUSTO HIERE A LA SEGO
Con el encuentro agonizando y, tras varias intentonas visitantes desde el saque de esquina, el conjunto de Raúl Llona, especialista en minutos finales, repitió mismo patrón. Al límite del tiempo de añadido, un centro desde línea de fondo de Pibe lo cazó Manu Justo en el corazón del área para, con un cabezazo inapelable para Oliva, llevar la locura a la grada leonesa desplazada a La Albuera. 1-1. Ya en un descuento sin tregua, la Cultural Leonesa reclamó sin éxito un posible penalti, mientras que Diego Gómez desbarató la última ocasión gimnástica con un disparo desviado con pierna izquierda.
Así, reparto de puntos entre segovianos y leoneses que, en clave azulgrana, deja unas tablas de sentimientos encontrados. Un punto que se podía firmar con sangre en la previa ante toda una Cultural Leonesa líder de la competición, pero que sabe a poco para un equipo azulgrana que acarició con la yema de los dedos una nueva machada.
Con la vista al vaso medio lleno o medio vacío, la Segoviana encadena dos encuentros consecutivos sin conocer la derrota, se coloca a tres puntos de la permanencia y, de paso, pone fin a una dinámica negativa de resultados en una Albuera que despidió a los suyos al grito de ‘sí se puede’ y que pone ya sus ojos en el Unionistas de Salamanca para mantener dicha ilusión intacta. La Segoviana sigue en pie.
