La Gimnástica Segoviana se quedó compuesta y sin puntos en su partido frente al Real Valladolid que no estuvo exento de polémica y en el que el conjunto azulgrana aguantó dentro del partido frente a un rival que generó más ocasiones de gol que los locales, pero que no cerró el choque cuando tuvo ocasión, y que tuvo que darse un buen ‘calentón’ al final del encuentro para conseguir hacerse con los tres puntos.
El partido estuvo condicionado por el tempranero gol que consiguió el equipo visitante en los primeros compases. Iván marcó el 0-1 cuando el partido apenas había consumido sus primeros cinco minutos, y ello serenó las ansias atacantes de los pucelanos, que dominaban el centro del campo ante una Segoviana a la que parecían faltarle efectivos en la zona de creación.
Sin embargo, el equipo azulgrana fue creciendo en el choque, sobre todo a balón parado, con Carlos Luengo e Iván Benegas generando mucho peligro en faltas laterales y saques de esquina, pero sin fortuna de cara al gol, como tampoco la tuvo el Real Valladolid en sus peligrosos acercamientos de la recta final del primer tiempo, en la que Álvaro Calvo evitó el 0-2 en un remate cercano, y la defensa local logró desbaratar en el último momento varios acercamientos peligrosos.
LA POLÉMICA FINAL
En la segunda parte la tónica del partido fue similar, con el Real Valladolid tratando de no descomponer su dibujo confiando en ampliar la ventaja en una de sus acciones ofensivas, y la Segoviana cada vez más dentro del partido, buscando un empate que finalmente llegó con el tanto de Ivo que premiaba el trabajo de los de Tito Domingo.
En la recta final del encuentro llegó la polémica, ya que con la Segoviana buscando los tres puntos se produjo una mano dentro del área blanquivioleta que ni el árbitro ni el juez de línea consideraron voluntaria (seguramente con el VAR hubieran opinado lo contratrio), quedándose la Segoviana sin su oportunidad de ganar el partido, que posteriormente tuvo el Real Valladolid tras un saque de esquina que culminó Daniel haciendo el 1-2 que dejó a los azulgranas orgullosos del trabajo realizado, pero con un buen disgusto por el resultado final.
