Cuando se hizo público el calendario de competición en el Grupo 1 de la Segunda División B, la Gimnástica Segoviana conoció de la dificultad de las primeras jornadas de la liga. Más allá del “tenemos que jugar contra todos” que se repite como un mantra temporada tras temporada, lo cierto es que no es lo mismo hacerlo consecutivamente ante varios rivales de los que presumiblemente estarán en la zona alta que espaciando estos compromisos.
La Gimnástica Segoviana ha superado con solvencia un primer tramo exigente en este inicio de la temporada, con una derrota contundente y justa en el campo del Adarve, un triunfo contundente y justo frente al Navalcarnero, y un empate de lo más trabajado en el campo del Real Avilés. Tres rivales de los que (en teoría) pelearán por algo más que por los puestos de permanencia.
El equipo azulgrana ha marcado y recibido goles en los tres encuentros de la competición y está fuera de los puestos de descenso
Los cuatro puntos que suma el conjunto de Manu González le mantienen en mitad de la tabla, fuera de los puestos de descenso y de promoción. Y aunque se mantiene como el equipo más goleado de la categoría junto a Móstoles y Marino porque los cuatro goles recibidos en el primer partido de liga lastran lo suyo en este aspecto, los cinco goles anotados le colocan entre los equipos que mejores números ofensivos tiene.
Al equipo azulgrana le llega ahora un tramo del calendario que sobre el papel no parece tan exigente como el primero, con los partidos en casa frente al Arosa y el Ceares más la visita al campo asturiano de Langreo. Sin embargo el Arosa, próximo rival en La Albuera, no conoce la derrota y tampoco ha recibido un solo gol, el Langreo es el máximo realizador de la Segunda RFEF y el Ceares está yendo de menos a más en la competición. La exigencia siempre es máxima en esta categoría, aún más si eres un recién ascendido, y el ejemplo de ello está en el Pontevedra, que con un equipo para ascender todavía no ha ganado un partido.
