A Ramsés Gil no suelen gustarle los amistosos demasiado desequilibrados durante la pretemporada porque considera que no se pueden sacar demasiadas lecturas de ellos, y por esta razón siempre programa encuentros de pretemporada de la suficiente exigencia como para saber que, si no compites, el rival puede pintarte la cara sin ningún problema.
El problema de estos partidos de más exigencia de lo normal a estas alturas de la competición llega cuando en la relación de jugadores aptos para disputarlos te encuentras con cuatro que no pueden formar con el equipo por encontrarse lesionados, y cuya ausencia ofrece la oportunidad a los juveniles de participar en los encuentros sumando más minutos de los que en principio estaban previstos. Y es un problema no porque los jóvenes no merezcan la oportunidad de llenarle el ojo al cuerpo técnico, sino porque pueden encontrarse con lo que la Segoviana se encontró el pasado miércoles en La Albuera frente al Rayo Majadahonda, y en la primera parte del partido que en la mañana de ayer disputó frente al Atlético de Madrid B, en una clara inferioridad que no puedes compensar solamente con derroche físico.
Ramsés: “Ha sido una locura entretenida, con una primera parte de 5-0 para el Atleti, y una segunda de 0-5 a nuestro favor”
La intención del cuerpo técnico gimnástico con respecto a la carga de trabajo en los jugadores durante los partidos es muy clara: Salvo contadas excepciones, con cuarenta y cinco minutos es más que suficiente. Y como quiera que en el Atlético de Madrid B Tevenet es de la misma opinión, los aficionados que se dieron cita en el campo de fútbol de Los Ángeles de San Rafael pudieron ver prácticamente dos partidos en uno. Y en el primero de ellos se vio a una Gimnástica Segoviana claramente inferior al filial rojiblanco que tiene un ‘9’ de esos a los que se le caen los goles. El marroquí Abde batió a Carmona después de recoger un rechace dentro del área en el minuto cuatro de partido, y poco más tarde recibió un balón por arriba, lo bajó al piso y tras un recorte hizo el 2-0.
SIMPLEMENTE INFERIORES
Teniendo en cuenta que apenas habían transcurrido diez minutos de partido, la tentación de ponerse en lo peor era demasiado grande. Dos goles encajados frente al Real Ávila, tres que anotó el Rayo Majadahonda más dos que en diez minutos había logrado el Atleti B no decían demasiadas cosas positivas de la defensa gimnástica… y aún fue peor porque Carmona tuvo que emplearse a fondo en un par de ocasiones y recogió el balón desde dentro de su portería en otras dos, aunque en la primera de ellas había fuera de juego previo de Abde, que acabó su partido marcando el 3-0 de vaselina.
Así que la Segoviana llegó al descanso con sensaciones más que mejorables porque el equipo gimnástico había sido (no nos engañemos…) muy inferior a su oponente. Por lo tanto, y tendiendo siempre al optimismo, sólo se podía mejorar, y la entrada al campo de jugadores más curtidos en este tipo de batallas, aunque sean amistosas, más una cierta relajación en los futbolistas del Atleti B que suplieron a sus compañeros, propició no sólo que el encuentro se igualara, sino que poco a poco se fuera volcando sobre la portería defendida por el filipino Li Hao, al que no le faltó trabajo en estos segundos cuarenta y cinco minutos.
SIMPLEMENTE SUPERIORES
Y, como es habitual cuando le vienen mal dadas a la Segoviana, el capitán del equipo salió al rescate. Manu consiguió enganchar un lanzamiento cruzado al poco de reiniciarse el partido que supuso el primer tanto gimnástico y puso de manifiesto que el encuentro comenzaba a cambiar de signo, porque los azulgranas habían encontrado la debilidad en la zona derecha de la defensa rojiblanca, y estaban sabiendo explotarla.
Ivo marcó de justo penalti el 3-2 que premiaba la insistencia de la Segoviana, que por entonces jugaba sus mejores minutos de la pretemporada. El Atleti B sólo se defendía, y no demasiado bien, y el empate a tres goles estaba al caer.
Y cayó. Tras una acción dentro del área local en la que ni unos supieron despejar ni los otros marcar, el esférico le cayó a Silva, que debutó con la Segoviana de la mejor manera posible, marcando el que fue el definitivo 3-3 que bien pudo ser un 3-4 si la defensa del filial no hubiera despejado a duras penas un último ataque de Plomer para el equipo gimnástico, que terminó el partido en el área contraria y mejoró por muchos cuerpos las sensaciones del primer tiempo.
