La Gimnástica Segoviana afrontaba en El Requexón su último compromiso del año con el objetivo de llegar al parón navideño en lo más alto de la clasificación. Sin embargo, su falta de pegada y el mayor acierto del Oviedo Vetusta en ambas áreas condenaron al conjunto de Iñaki Bea a un nuevo tropiezo lejos de La Albuera. Una derrota (3-0) que, unida a la victoria del Deportivo Fabril, impide a los azulgranas proclamarse campeones de invierno y los lleva a afrontar las Navidades compartiendo liderato con el filial deportivista.
Sobre tierras asturianas se vivieron dos propuestas bien diferenciadas en la primera mitad. El Oviedo Vetusta asumió la iniciativa con balón, mientras que la Gimnástica Segoviana, sin recurrir a su habitual presión alta, apostó por un juego más vertical. Y el plan funcionó, en cierta medida. Bajo esa fórmula de castigar los errores ovetenses, la Segoviana entró mejor al encuentro, con mayor empaque y personalidad. Dos primeras incorporaciones por el costado izquierdo, sin excesivo peligro pero suficientes para obligar a Miguel a intervenir, marcaron el inicio de un dominio visitante que se prolongó durante buena parte del primer acto. Fueron los primeros avisos antes de que llegase la ocasión más clara del partido hasta ese momento.
Tras una tímida llegada de Agudín sobre la portería defendida por Postigo, Marc Tenas tuvo el 0-1 en sus botas. Una recuperación de un inspirado Pau permitió al delantero catalán rematar de primeras, libre de marca en el área pequeña, pero su disparo con pierna izquierda se marchó rozando el poste. La Segoviana hacía méritos más que suficientes para adelantarse en el marcador, aunque sin obtener premio.
Con el paso de los minutos, la Segoviana siguió siendo mandona e inclinando el campo desde las bandas hacia el área ovetense a la que el único debe era su falta de precisión en los metros finales. Mientras tanto, el filial carbayón apenas encontraba resquicios ante una defensa azulgrana sólida y seria, más allá de un saque de esquina bien resuelto por el joven guardameta visitante.
Y quien perdona la paga…
Pero el fútbol no entiende de merecimientos. Giro completo de guion, pues en la primera ocasión clara del Oviedo Vetusta, la Segoviana pagó cara su falta de contundencia. Un error en la salida de balón de Diego Campo fue aprovechado por Agudín, que asistió a Joaquín. Con la zaga azulgrana abierta, el atacante local se plantó solo ante Postigo y definió a las mil maravillas para hacer el 1-0 pasada la media hora de juego. La película cambió. Porque el gol local fue un jarro de agua fría para una Segoviana que, pese a ser mejor a los puntos y generar más ocasiones (llegó incluso a reclamar tímidamente un penalti sobre Juanma), se veía por detrás en el marcador. Y es que, inmersa en dudas, pero aún con vida, el conjunto de Iñaki Bea encontró en la falta de acierto ovetense su salvavidas antes del descanso, ya que el Oviedo Vetusta perdonó hasta en dos ocasiones el segundo tanto: primero con una acción providencial de Juanma y, más tarde, con un disparo de Agudín, solo ante Postigo, que se marchó desviado.
La segunda parte arrancó todavía más cuesta arriba. Aunque pareció entrar mejor la Segoviana, con mayor presencia en campo rival y una nueva ocasión de Marc Tenas a la media vuelta, fue de nuevo el Oviedo Vetusta quien golpeó. En una gran jugada combinativa por el costado derecho, Lamine sirvió el pase de la muerte para Dieguito, que a placer y con Postigo vendido firmó el 2-0 y volvió a evidenciar la falta de pegada gimnástica. Lejos de venirse abajo, la Segoviana tiró de orgullo y comenzó a generar ocasiones. Iñaki Bea agitó el partido con un doble cambio dando entrada a Borrego y Álex Castro por Ivo y Marc Tenas.
Precisamente el ariete alicantino rozó el gol con un remate desde dentro del área, con Miguel ya vencido, mientras que minutos antes Fer Llorente había avisado con un disparo desviado. El conjunto azulgrana se negaba a hincar la rodilla. Con el cronómetro en contra, el cuadro gimnástico, ya sí, se lanzó a tumba abierta sobre la portería ovetense, llegando más con corazón que con fútbol, a base de centros laterales que no encontraron rematador. En ese contexto, el Oviedo Vetusta tuvo la sentencia a 20 minutos del final, pero Dieguito, en el mano a mano con Postigo, esta vez envió su disparo fuera por centímetros.
El golpe final
Para entonces el partido ya estaba roto. Entre el intento gimnástico por meterse en el encuentro y la ambición local por cerrarlo, acabó imponiéndose el mayor acierto ovetense. Ayán se topó primero con un pie salvador de Miguel que evitó el 2-1 y, poco después, a la salida de un córner, Espi puso el definitivo 3-0 con un disparo desde el corazón del área que se coló llorando por debajo de Postigo. Campana y se acabó.
Con el 3-0, el partido quedó definitivamente sentenciado y entró en una fase final sin historia. El Oviedo Vetusta gestionó la ventaja sin sobresaltos, mientras la Segoviana, ya sin fuerzas ni acierto, veía cómo se escapaba una oportunidad de oro para cerrar el año en lo más alto. El conjunto de Iñaki Bea despide el año de vacío, pierde el ‘campeonato de invierno’ y afronta el parón navideño como colíder, con la sensación de haber vuelto a ser castigado en exceso por su falta de contundencia en las áreas.
