‘Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite’. La cita, adaptada para la ocasión, viene que ni pintada para la situación actual de una Gimnástica Segoviana que está yendo a menos en lo que a resultados se refiere, en un tramo de la competición realmente complicado para los de Ramsés Gil, a los que se les va cumpliendo partido a partido la Ley de Murphy que reza aquello de que todo lo que puede salir mal, saldrá mal.
El técnico así lo apuntó al finalizar el encuentro que el conjunto azulgrana perdió ante la Real Sociedad B al señalar que “estamos en un momento de la temporada en el parece que todo se te pone en contra”. Porque el hecho de que el día antes de partido se te lesione Sergi Molina, uno de los dos centrales sanos que te quedan, no deja de tener su punto de mala suerte, y más cuando el encuentro en Zubieta tan absolutamente presidido por el viento que el juego aéreo se hace imprescindible.
DEMASIADA AGUA FUERA
Pero sería muy irresponsable echarle toda la culpa de la situación de la Segoviana a la mala suerte. Cuatro goles encajados ante la Real B, dos en Tarazona, cuatro en Balaídos frente al Celta Fortuna, y tres en Tajonar teniendo como oponente al Osasuna Promesas ponen en evidencia que el sistema defensivo gimnástico no está siendo ni mucho menos efectivo lejos de La Albuera, donde el equipo ha recibido 17 de los 23 goles que ha encajado hasta la fecha.
Ramsés ya ha dejado claro que la forma de jugar de la Segoviana no va a cambiar “porque nos ha dado buenos resultados a la larga”, y también porque defender en bloque bajo no es algo a lo que el conjunto azulgrana esté extraordinariamente acostumbrado. Y no se puede olvidar el hecho de que en los últimos cuatro enfrentamientos fuera de casa, tan sólo en el partido frente al Celta B la Segoviana se mostró muy inferior a su oponente. Porque ante el Osasuna Promesas el equipo se puso por delante, al igual que en Tarazona, y el pasado sábado en Zubieta lo normal hubiera sido que al descanso el conjunto gimnástico se hubiera marchado con ventaja en el marcador.
Los 17 goles recibidos lejos de La Albuera ponen al equipo azulgrana como el más débil en el apartado defensivo como visitante
Pero si a la endeblez defensiva se le suma el desacierto en ataque, al final lo que sucede es que se le está concediendo demasiada ventaja al rival en una categoría en la que los equipos suelen aprovechar los ‘regalos’. Y si además te quedas con un jugador menos durante más de una hora, el trabajo realizado durante la semana corre mucho peligro de no servir para nada. Como sucedió el sábado con las ocasiones falladas en la primera parte, más la expulsión de Silva que dejó al equipo demasiado tiempo con diez hombres ante un oponente que tuvo el viento a favor, real y figuradamente, durante todo el segundo tiempo.
Es la mala situación de la Segoviana jugando como visitante la que ha provocado que el equipo esté coqueteando con las posiciones de descenso, un hecho que no por esperado deja de ser algo a lo que la afición no está demasiado acostumbrada teniendo en cuenta que durante los años en Tercera la Gimnástica era una de las referencias de la categoría, y que en la Segunda RFEF salvo el primer año, el equipo tiró rápidamente hacia arriba.
Por ello, porque ahora es cuando el equipo más lo necesita, los encuentros como local en el campo de La Albuera deben convertirse en el clavo ardiendo de la Segoviana para continuar peleando por la permanencia. Poder sumar con una cierta regularidad cada dos semanas, aunque fuera de casa no se consigan grandes marcadores, es sinónimo de estar en la pelea, y por ello el próximo partido ante el Andorra será el más importante en mucho tiempo, porque de conseguir la victoria la Segoviana pondrá fin a su mal momento. Así que los aficionados gimnásticos ya tiene tarea: Apoyar al equipo cuando más lo necesita. Como bien señaló Ramsés, “la afición sabe lo que hay”.
