Entre la necesidad y la obligación, la Gimnástica Segoviana regresaba a La Albuera para medirse al Real Unión en un duelo de altos vuelos con cierto aroma a urgencia. Y es que, el equipo de Ramsés Gil llegaba al pleito en horas bajas, con un bagaje de un punto de los últimos nueve posibles que había sido tal sinónimo de condena para el equipo azulgrana que lo había derivado en afrontar una nueva batalla desde los puestos de descenso gracias al último triunfo del Lugo ante el Celta ‘B’. Una situación de alerta ante la que la Segoviana, desde la rebeldía y la pegada, consiguió transformar para resurgir a lo grande a costa del Real Unión. En un ejercicio sobresaliente, el equipo gimnástico tachó la palabra ‘crisis’ de su diccionario, cortó una racha agridulce de tres jornadas sin vencer y volvió a degustar el sabor de un triunfo con tres puntos vitales de confianza que permiten a los azulgranas coger aire y alejarse del descenso.
Sobre el papel, el técnico segoviano apostó de inicio por David López como lateral izquierdo, entregó las llaves del equipo a De la Mata y Borrego escoltados por Manu y devolvió la titularidad a Davo en detrimento de un Gómez que lo fue en Tajonar. Un cambio de fichas para recibir a un histórico del fútbol español como el Real Unión que visitaba el campo municipal de La Albuera con ganas también de curar sus heridas, pues llegaba al choque tras dos empates y una derrota en los tres últimos partidos.
Un hambre de redención que no tardó en plasmarse sobre el verde, ya que fue el equipo de Mikel Llorente quien, sin asomarse sobre la portería de Carmona, sí entró mejor al choque, más cómodo y asentado ante una Segoviana algo desordenada, falta de creatividad en el centro del campo y que, sin pelota, encontró ligero cobijo en una primera línea de presión liderada por un Davo insistente que comenzó a generar dudas a la zaga del Real Unión.
De esta manera, la Segoviana comenzó a crecer en el partido, ganar terreno y empezó a atisbar la portería de Wright con dos primeros acercamientos en las botas de Javi Borrego y Manu. Pero la respuesta vasca no tardó en llegar y, al filo ya de la media hora de juego, Sergi Benito gozó de la ocasión más clara de gol con un remate libre de marca desde el punto de penalti a un centro desde el costado izquierdo que el delantero visitante no logró conectar de forma limpia.
DAVO ALLANA EL CAMINO
Los minutos pasaban con el encuentro encaminándose hacia el descanso en un partido sin dueño y en un intercambio de golpes constante, pero en el que la Segoviana encontró petróleo. Después de que Borrego avisase de nuevo con un disparo alto que tocó en Vidorreta y se marchó por encima del larguero, una acción de altos quilates entre Manu, el salmantino y Tellechea derivó en un derribo dentro del área de Wright sobre éste último. El colegiado no dudó en señalar la pena máxima y Davo, con toda la tranquilidad del mundo y engañando al meta británico con un disparo al centro, llevó al equipo gimnástico con ventaja a vestuarios. Un gol psicológico que significó ser el principio del fin para un Real Unión que comprobó de primera mano la lección bien aprendida de la Segoviana.
“Hay excepciones, pero en general, nos está costando entrar en los arranques de partidos”, avisó el técnico segoviano en la rueda de prensa previa. Dicho y hecho. Con sangre en los ojos y el cuchillo entre los dientes, un arranque vertiginoso tras el reposo del conjunto segoviano fue suficiente para dar un golpe sobre la mesa. El culpable, un Tellechea que le robó la cartera a Rivero para plantarse mano a mano con un Wright al que batió con un sutil toque para llevar la tranquilidad a la parroquia azulgrana.
Aún así, la Segoviana no quitó el pie del acelerador y, en un visto y no visto, dejó visto para sentencia el choque gracias a un pase filtrado de Tellechea que recogió Davo para mandarla a guardar con un disparo raso y firmar su doblete particular. El 3-0 en apenas diez minutos tras la reanudación fue un jarro de agua fría para un Real Unión que, más allá de bajar los brazos, se lanzó a tumba abierta en busca de una portería de Carmona que no encontró por escasos centímetros.
LA SUERTE ACOMPAÑA A LA SEGO
Dos acciones prácticamente seguidas con la madera como protagonista fueron las que acabaron con las esperanzas vascas de sacar un resultado positivo de La Albuera. Primero Sergi Benito tras deshacerse de Carmona en el mano a mano estrelló su disparo al travesaño desde una posición forzosa y, segundos después, el lanzamiento de Cayorga desde la frontal repelió en el palo dejando en vano la reacción guipuzcoana por recortar distancias en el marcador. Por su parte y, con el susto en el cuerpo, Ramsés Gil optó por ágitar el árbol y dio entrada en la medular a Fer Llorente con el que la Segoviana inyectó cloroformo a un Real Unión que, con el paso de los minutos, se fue venciendo en la lona en un quiero y no puedo constante.
La Segoviana olió sangre ante un cuadro vasco tocado y Rodrigo Sanz, que había entrado por Berlanga, cerca estuvo de hacer el cuarto después de una buena triangulación con Davo y Tellechea pero su disparo encontró el mismo destino que el del Real Unión minutos atrás. Con el cronómetro a favor y un Real Unión con más corazón que cabeza en busca de la machada, llegó la noticia negativa de la mañana para la Segoviana, pues en una disputa de Rodrigo Sanz con Wright dentro del área, una mala caída del ‘16’ lo obligó a salir en camilla con evidentes gestos de dolor en su hombro derecho.
Así, el encuentro encaró su recta final, ambos equipos firmaron la tregua y la Segoviana consiguió cerrar una victoria de vital importancia para recuperar el pulso y sumar tres nuevos puntos vitales que permiten al equipo de Ramsés Gil tomar distancia respecto a las posiciones de descenso y colocarse en la parte noble de la clasificación. Un triunfo contundente con el que la Segoviana recupera la sonrisa y dice adiós de una bofetada a su primer bache del curso en Primera RFEF. En su próximo compromiso, el equipo gimnástico buscará su segunda victoria de la temporada a domicilio en el que se desplazará a tierras gallegas para enfrentarse al filial del Celta de Vigo.
