La gesta en forma de remontada que obró la Gimnástica Segoviana este fin de semana a manos del Andorra supone, más allá de los tres puntos, que tienen un valor incalculable y que quién sabe si de ese triunfo se acordará más de uno en el mes de mayo, un chute de pura adrenalina para un equipo que necesitaba reencontrarse con la victoria como el comer. Y más si era de esa manera. Por las formas, pero también por la tesitura.
Porque el resto de resultados de la jornada habían condenado al conjunto gimnástico a llegar al pleito instalado en el abismo de los puestos de descenso junto a una coyuntura más que delicada con un bagaje de hasta cinco encuentros consecutivos ligueros sin conocer la victoria. Así, el triunfo épico a base de corazón y aliñado junto a la chilena de Astray y el testarazo de Tellechea con la Sego agonizando hacia un nuevo y doloroso tropiezo supone una inyección repleta de confianza para un equipo gimnástico que, con estos tres puntos en el bolsillo, ha vuelto a escapar de la quema para colocarse en la decimocuarta posición en la tabla, con 18 puntos en su casillero, uno por encima de ella.
Y es que, a pesar de la victoria esencial, no fue ni mucho menos la única nota positiva para el conjunto azulgrana, pues con este resultado a manos del Andorra, la Sego continúa invicta en el campo municipal de La Albuera con un recorrido de tres triunfos y cuatro empates. Una premisa que se antoja como indispensable para acercar al equipo de Ramsés Gil al ansiado objetivo de la permanencia.
En lo meramente deportivo, la más que notable actuación de Rubén Yubero como central junto a Abel Pascual o la de Hugo Marcos y Gabriel Palmero en los laterales ante las numerosas bajas en defensa fueron otras de las noticias reseñables en un equipo gimnástico que puso en evidencia y corroboró la firme idea de Ramsés Gil de ser una plantilla coral que no entiende de titulares o suplentes.
“Tengo un equipo que no me lo merezco” llegó a reconocer el propio entrenador segoviano en una rueda de prensa posterior al choque en la que también dejó por otro lado tanto las novedades negativas de que Sergi Molina y Pablo Carmona no volverán hasta 2025 a razón de sus respectivas lesiones en los ligamentos del tobillo, así como la que la entidad gimnástica no tiene en mente por el momento acudir al mercado de fichajes en busca de posibles refuerzos.
«HAY QUE MANTENER LA CALMA Y TRANQUILIDAD»
Lejos de la euforia, el técnico de la Segoviana, Ramsés Gi, mantuvo su discurso de cautela y con los pies en el suelo tras el triunfo frente al Andorra, aunque no ocultó su felicidad porque el equipo gimnástico se reencontrase con la victoria. “Nos hacía falta ganar un partido. El equipo estaba trabajando bien, con buenas sensaciones, aunque es cierto que si no ganas estás bien, pero ganando siempre se está más contento”, reconoció en una rueda de prensa en la que añadió que estos tres puntos agónicos no cree que signifiquen un punto de inflexión. “La victoria te da felicidad, pero hay que mantener la calma y la tranquilidad y no nos vamos a salir de ese paso. El sube-baja emocional que te da la victoria o derrotas que no mereces es llevarte a la equivocación”.
Respecto a las claves, el entrenador segoviano lo calificó como “un partido muy igualado, con diez últimos minutos finales difíciles de analizar en el que hemos intentado llevar el partido a la centrifugadora porque era la única manera de intentar darlo la vuelta. Nos ha salido bien, aunque al final ha sido a la heroica porque hemos tenido que hacer tres golazos para acabar ganando el partido”, mientras que, sobre la comunión con La Albuera, concluyó asegurando que “la afición no tiene dudas y sabe lo que hay. El aficionado segoviano medio sabe que es año para sufrir muchísimo, que haciendo las cosas muy bien se puede ganar a cualquiera, pero que lo normal es sufrir y vamos a intentar que sea lo menos posible”.
