La ilusión por practicar deporte, por entrar en él y descubrir un mundo nuevo ha sido consustancial con el paso de los tiempos. Ahora considero que en menor número también sucede, pues el deporte es ilusionante. En ese camino, poniendo en funcionamiento la máquina de la memoria, vengo a recordar que la Gimnástica Segoviana amplió su campo, en 1965, con un equipo de baloncesto. Éste jugaba en la Tercera División –el Imperio, con el que coincidió en el tiempo, lo hacía en Segunda-, disputando sus encuentros con conjuntos de Madrid.
En el equipo formaban en sus comienzos jugadores que luego, cuando el conjunto gimnástico fue abandonando la parcela, se quedaron en el Imperio. Allí se encontraron, año 1965, Félix Grande, Alfonso Estirado, Tabanera, Díez Berzal… Era su entrenador el capitán Trucharte, de extraordinaria trayectoria en el deporte segoviano. La vestimenta deportiva, camiseta blanca y pantalón azul. Se buscó la misma del equipo de fútbol, azulgrana, pero ante las dificultades que había para encontrarlas se optó el descrito conjunto.
Una curiosidad. Su primer encuentro de competición, el 3 de octubre, lo debería haber jugado en Madrid. El día anterior, en comunicación de la Federación Madrileña, se dice que ‘el encuentro queda aplazado hasta que el equipo, el CAMP, resuelva sus dificultades económicas’. Hubo que esperar hasta el fin de semana siguiente para jugar en el Serichol, aún descubierto, con el Alcalá. Triunfo final para los de casa, 45-37, con Félix Grande de máximo anotador (22 puntos). Además de los jugadores ya referidos participó también Cantalejo. El día siguiente partido de fútbol en El Peñascal: Segoviana-Alcalá. Victoria azulgrana por 6-0.
Las crónicas de los encuentros de baloncesto que aparecían en El Adelantado, estaban escritas y firmadas por un jovencísimo Pepe Castrillo, que ya lo ‘hilvanaba’ muy bien.
