La Red de Semillas de Segovia, Segovia por el Clima y Escuelas Campesinas organizan juntos el XVI Encuentro de Intercambio de Semillas este domingo 20 de marzo en el Instituto Andrés Laguna de Segovia. Después del último encuentro celebrado en Basardilla el año pasado, se retoman poco a poco las actividades de difusión y sensibilización de la Red de Semillas de Segovia para recuperar la diversidad hortícola de la provincia.
El encuentro comenzará a las 11.00 horas con una presentación de las asociaciones organizadoras y de sus proyectos. Segovia por el Clima hablará de su proyectos ‘Sembrando Futuro’. Las charlas ofrecen una buena oportunidad para familiarizarse con la problemática actual de las semillas y entender la importancia de preservar la diversidad para las generaciones futuras.
El evento seguirá a las 12.30 horas con dos talleres de semilleros. Uno estará dedicado a las hortalizas con el objetivo de preparar el próximo huerto del Andrés Laguna y el otro taller estará enfocado a las especies hospedadoras de fauna auxiliar para el proyecto de ‘Guardianes de Biodiversidad’ de la asociación cultural Escuelas Campesinas.
A lo largo de toda la jornada estará abierta la mesa de intercambio de semillas, donde toda persona interesada puede acercarse y apadrinar semillas tradicionales del Banco de Semillas.
El intercambio de semillas consiste en la entrega de una cantidad definida de semillas a las personas que tienen interés en cultivarlas en huertos familiares. Esas personas apadrinan las semillas y cultivándolas, se comprometen en reproducirlas y devolver parte de las semillas obtenidas. Ese proceso de intercambio permite seguir manteniendo las semillas tradicionales vivas, seguir compartiéndolas y evitar su erosión genética. Esta es una actividad sin ánimo de lucro, pero con ánimo de conservación y multiplicación de semillas y variedades locales.
Una variedad local, tradicional o campesina, son cultivos conservados por los campesinos que, mediante la selección continuada durante generaciones, han sido adaptados a las condiciones ambientales (clima, suelo, plagas, gustos, costumbres, etc.) de cada zona o comarca. Suelen tener un nombre propio (Tomate de Pinarnegrillo, Judía Materiosa, etc.) y conservan unas características y una variabilidad genética que las permite adaptarse a los cambios y adversidades. Con él último campesino que las siembre desaparecen años de trabajo, sabiduría y saber hacer de la tierra.
Al recuperar el manejo de sus propias semillas, los campesinos pueden recuperar su autonomía. Para ello, es importante que se vayan abriendo en paralelo nuevos canales de distribución basados en los circuitos cortos (por ejemplo alimentos de kilómetro 0) y la valoración real de la labor de las personas que cultivan alimentos respetando la diversidad y la fertilidad de la tierra. O sea, una relación directa entre productores y consumidores.
