Segovia se encamina hacia una nueva etapa en su modelo energético con la implantación de una red de calor urbana que promete transformar la red energética de la ciudad. Este ambicioso proyecto, impulsado por la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl) y respaldado por la Junta de Castilla y León, se encuentra en fase de diseño y prevé iniciar su funcionamiento en octubre de 2027.
El proyecto, con una inversión estimada que supera los 22 millones de euros, se enmarca dentro del programa autonómico ImpulSE, presentado en enero por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. El plan contempla una inversión global de 74 millones de euros para impulsar proyectos de modernización en Segovia, con un doble objetivo: facilitar el acceso de los jóvenes a la vivienda y promover el uso de energías verdes en el entorno urbano.
Dentro de este plan destacan dos grandes actuaciones: la puesta en marcha de una red de calor sostenible alimentada por biomasa y la renovación integral del alumbrado público de la ciudad. Ambas iniciativas avanzan de forma paralela y suponen un hito en la transición energética segoviana.
La red de calor de Segovia es la actuación más ambiciosa del programa. Con una inversión estimada que supera los 22 millones de euros, Somacyl ejecutará una infraestructura que permitirá abastecer de calefacción y agua caliente a 7.000 viviendas y 40 edificios terciarios; entre ellos centros educativos, instalaciones deportivas y dependencias municipales.
La energía se generará en una planta central de biomasa, que se ubicará en el entorno del Hospital General, desde donde partirán 26 kilómetros de tuberías preaisladas que recorrerán la ciudad y que, según las estimaciones, podrían ampliarse otros 17 kilómetros en fases sucesivas. En cada edificio conectado se instalará una subestación de intercambio térmico, eliminando la necesidad de calderas individuales.
“El objetivo es ofrecer un servicio energético estable, limpio y eficiente, con ahorros significativos para las familias”, explicó el consejero delegado de Somacyl, José Manuel Jiménez Blázquez, durante la firma del protocolo. “Estamos ante una infraestructura moderna que sitúa a Segovia en la vanguardia de la eficiencia térmica en Castilla y León”.
Según las previsiones, la planta utilizará unas 30.000 toneladas de biomasa forestal al año, generando unos 75.000 megavatios por hora térmicos. Se espera que el sistema reduzca en torno a 19.600 toneladas de CO2 anuales, equivalente a las emisiones de más de 8.000 coches en circulación. Además, la red reportará beneficios indirectos, como empleo en el ámbito rural, dinamización forestal y mejora de la gestión de los recursos locales.
También se implantará un sistema de control y monitorización, que integra sensores y tecnologías inteligentes para regular el consumo y optimizar el rendimiento energético, asegurando una gestión eficiente y transparente del servicio para los usuarios.
La previsión es que la construcción comience antes de que finalice el año. Si se cumplen los plazos, los primeros edificios podrán conectarse a la red en octubre de 2027, coincidiendo con la llegada del frío y el inicio de la temporada de calefacción.
El alcalde, José Mazarías, destacó la colaboración institucional entre el Ayuntamiento y Somacyl para coordinar los trabajos y minimizar el impacto en la ciudad. “Este proyecto no solo supone un salto en sostenibilidad, sino una oportunidad para modernizar nuestras infraestructuras”, señaló.

Economía y sostenibilidad
El sistema de calefacción centralizada con biomasa aportará importantes ventajas medioambientales y económicas. Al eliminar miles de calderas individuales, se reducirá el consumo de combustibles fósiles y se mejorará la calidad del aire en la ciudad.
Para los usuarios, las ventajas serán también directas. Se calcula un ahorro del 20 al 40 % en la factura de calefacción y agua caliente sanitaria, junto con la desaparición de los costes de mantenimiento de las calderas tradicionales.“El sistema será más eficiente y más cómodo para las familias”, añadió Jiménez Blázquez. “Queremos que los vecinos perciban esta red no solo como una inversión pública, sino como una mejora tangible en su día a día”.
Además, el proyecto fomentará el empleo local: la biomasa utilizada procederá de los montes de la provincia, lo que impulsará la economía rural y ayudará a prevenir incendios mediante una gestión forestal activa El sistema de calefacción centralizada con biomasa aportará importantes ventajas medioambientales y económicas.
El trazado de la red cubrirá en una primera fase los barrios de Santo Tomás, Cristo del Mercado, Santa Eulalia, San José y La Albuera, con la posibilidad de extenderse más adelante a Nueva Segovia y otras zonas con alta densidad residencial.
Retos y desafíos
El trazado no cubrirá el casco antiguo ni las zonas con calles muy estrechas, donde la instalación de canalizaciones subterráneas resultaría inviable o invasiva para el patrimonio urbano. En esas áreas se mantendrán los sistemas térmicos tradicionales, aunque el Ayuntamiento evalúa medidas complementarias de eficiencia energética para edificios históricos.
La logística del suministro de biomasa es otro reto. Somacyl está negociando acuerdos con empresas forestales locales para garantizar un abastecimiento continuo de astillas y restos sostenibles. El éxito del sistema dependerá en buena medida de esa cadena logística rural. También será clave que la conexión a la red sea atractiva para las comunidades de vecinos. Aunque será voluntaria, el modelo deberá ofrecer ventajas claras en costes, mantenimiento y estabilidad energética para que los usuarios se adhieran sin dudas.

Eficiencia que ilumina
Mientras la red de calor toma cuerpo, otra gran transformación se abre paso: la renovación del alumbrado público. El protocolo firmado incluye la sustitución de 8.000 puntos de luz por luminarias LED de última generación, con control punto a punto que regulará la intensidad según el tráfico, el horario o las condiciones ambientales.
Se estima que la ciudad ahorre entre un 40 % y un 45 % del consumo eléctrico destinado a iluminación, además de reducir los costes de mantenimiento y dotarse de una infraestructura más moderna y segura.
Somacyl ya está ejecutando una auditoría completa del alumbrado existente, un trabajo complejo que permitirá diseñar una propuesta precisa para cada zona.
REDIBUJAR EL MAPA ENERGÉTICO
La red de calor de Segovia no es un proyecto aislado. Somacyl proyecta en Castilla y León doce nuevas redes de calor con biomasa en los próximos años, que representan una inversión adicional estimada en 174 millones de euros.
Estas nuevas redes se localizan en ciudades como León (55,7 millones), Salamanca (35 millones) y el sector Oeste de Valladolid (35 millones), entre otras. Durante la construcción se prevé generar hasta 500 empleos, y una vez operativas, se requerirán decenas de puestos estables para mantenimiento, logística de biomasa y operación energética.
Además, Somacyl ya opera 17 redes de calor con biomasa en la Comunidad, con una inversión acumulada de unos 47 millones de euros, unos 45 kilómetros de tuberías y una potencia instalada de 69.000 kiloWatios, que abastecen a numerosos edificios públicos y miles de viviendas.
El objetivo anunciado es que, para 2030, la red total alcance 180 kilómetros de tuberías térmicas y una potencia renovable instalada de 239.000 kiloWatios, con suministro a más de 32.000 viviendas y 350 edificios públicos.
