La organización agraria Coag ha mostrado su temor a que el buen estado sanitario de la cabaña ganadera de Castilla y León pueda verse afectado por la precariedad laboral de las empresas contratadas por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Rural para realizar las campañas de saneamiento.
En un comunicado, Coag ha expresado el temor de los ganaderos a que los “sobresalientes registros” en tuberculosis y brucelosis se vayan al traste por las condiciones de los profesionales contratados para hacer las inspecciones sanitarias.
Ha pedido por ello a los responsables de la consejería que tomen medidas urgentes ante la precariedad de esos trabajadores porque “la región se juega una factura de 1.350 millones de euros”, cantidad correspondiente a lo que produce cada año el vacuno y el ovino-caprino de la Comunidad.
Para Coag, las empresas contratadas para las campañas de saneamiento imponen a los operarios condiciones laborales que implican bajos sueldos y trabajar los sábados cuando no están abiertos los servicios veterinarios por si hay algún contratiempo.
También considera que los cursos de formación son cortos, que algunos trabajadores no tienen experiencia y la organización agraria plantea dudas sobre la correcta homologación de los títulos de algunos veterinarios contratados en el extranjero. A ello se suma una rotación laboral muy frecuente, mientras que antes los veterinarios permanecías lustros con la esperanza de entrar luego en los servicios de la Consejería y eso les procuraba “una experiencia incuestionable”.
Esta organización pone el ejemplo de una granja de mediana dimensión en la que le han realizado los controles dos equipos distinto con tres días de diferencia y mientras en la primera inspección no se detectó ninguna anomalía en la revisión de la mitad del ganado en la segundo.
La organización agraria ha sostenido que ganaderos y veterinarios consultados coinciden en señalar que esos resultados son casi imposibles y ha asegurado que la segunda de las inspecciones fue realizada por profesionales más inexpertos.
Ha recordado además que en el año 2019 se ha producido un nuevo descenso de la prevalencia de tuberculosis bovina en Castilla y León, con un 1,41 por ciento de explotaciones con casos positivos y las provincias de Burgos, Soria, Valladolid, Zamora y León declaradas oficialmente libres de brucelosis. Además se tramita esa declaración para Salamanca y durante el año 2020 se ha estudiado en las provincias de Segovia y Ávila.
