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La participación de Nava de la Asunción en la Suscripción Nacional de 1898

por José Antonio Bartolomé Encinas
14 de mayo de 2023
en Sin categoría
Soldados españoles en la Guerra de Cuba de 1898.

Soldados españoles en la Guerra de Cuba de 1898.

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Con motivo del 125 aniversario de la “Suscripción Nacional voluntaria para atender al fomento de la Marina y a los gastos generales de la guerra”, queremos rememorar su génesis y desarrollo, así como realizar un análisis de las cuantías donadas en el municipio segoviano de Nava de la Asunción.

A finales del año 1897 el gobierno de España presidido por el liberal Práxedes Mateo Sagasta, durante la regencia de María Cristina, y con Segismundo Moret al frente del Ministerio de Ultramar, decretó la autonomía de Cuba y Puerto Rico, en un intento de impedir la emancipación de ambas colonias. Este hecho da origen a una Constitución para la isla de Cuba, conocida como “Carta Autonómica de Cuba”, que le otorgaba autonomía plena salvo las competencias relativas a los ministerios de Estado, Marina y Guerra.

En base a esta Constitución se formó un gobierno autonómico y se constituyo un Parlamento insular con mayoría de parlamentarios moderados y autonomistas, que compartía el poder legislativo con el Gobernador General nombrado por el Rey a propuesta de las Cortes de la Metrópoli. Este gobierno estuvo presidido por José María Gálvez Alonso (Matanzas, 5 de septiembre de 1834 – La Habana, 12 de mayo de 1906) desde el 1 de enero de 1898 hasta la renuncia a la soberanía española como consecuencia del Tratado de 10 de diciembre de 1898.

En esta misma época Estados Unidos ambicionaba la posesión de la isla de Cuba y no escondía su pretensión pues por un lado defendía sus intereses y exigía la paz y por otro lado ayudaba eficazmente a los nativos en sus tentativas insurreccionales. En esta situación el gobierno estadounidense envió a La Habana el acorazado “Maine” como una maniobra intimidatoria y de provocación, lo cual tuvo graves consecuencias ya que el 15 de marzo de 1898 dicho acorazado voló por los aires causando más de doscientos marines muertos. Estados Unidos acusó a España de sabotaje y así con este pretexto comenzar la guerra hispano-estadounidense en un momento en el cual España estaba muy debilitada por los años de conflictos en Cuba y Filipinas, conflictos en los cuales España tuvo un número muy significativo de bajas tanto en los campos de batalla como, y sobre todo, por las enfermedades contraídas por las malas condiciones de salubridad; dando origen a un grave deterioro del ejercito así como una grave debilitación de la marina española.

Entre finales de marzo y primeros de abril se produjeron movimientos patrióticos en grandes zonas de España como repulsa a los americanos que ansiaban quedarse con una de las mejores colonias de Ultramar, avivados tanto por la iglesia como por la prensa con manifiestos a favor de enviar más soldados y así defender a la patria frente al enemigo norteamericano. Ante estos movimientos patrióticos algunos políticos españoles manifestaban que el mejor medio de demostrar el patriotismo en esta situación era dando dinero para la Suscripción Nacional que tenia prevista el gobierno de España.

Justo al mes de producirse en la Habana la explosión del “Maine” se promulga por parte del gobierno de España el Real Decreto de 14 de abril de 1898 abriendo una suscripción nacional voluntaria para atender al fomento de la Marina y a los gastos generales de la guerra. Como consta en la exposición de motivos del Real Decreto su principal objetivo era:

“… el primero y más sagrado de los deberes, el de allegar recursos con que auxiliar a la acción oficial en la defensa de nuestros derechos y del honor de nuestras armas”.

“El pueblo español, que admira el heroísmo de nuestros soldados y marinos, no escaseará ciertamente el auxilio que hoy se pide; y todos unidos en un solo sentimiento …”

Para realizar tal propósito se crea una Junta Central en Madrid y Juntas Auxiliares en las capitales de provincia. La primera centralizará los trabajos y dirigirá e inspeccionará las labores de las Auxiliares.

Según el mencionado Real Decreto la Junta Central estará presidida por el Almirante de la Armada. D. Guillermo Chacón Maldonado, que fue senador vitalicio desde 1877 hasta su fallecimiento en 28 de marzo de 1899, y estará acompañado por el Provicario (persona que ayuda al Vicario) General Castrense, el Presidente del Consejo de Estado, así como de representantes del Poder judicial, la Banca, las Asociaciones Empresariales, la Grandeza de España y la Prensa.

Asimismo las Juntas Auxiliares se constituirán de la siguiente forma: El Arzobispo u Obispo de la diócesis que corresponda, que será el Presidente; la Autoridad superior militar (marítima en las provincias en que exista); el Gobernador Civil; el Presidente de la Audiencia; el Delegado de Hacienda; el Presidente de la Diputación provincial; el Presidente del Ayuntamiento de la capital y el Director de la sucursal del Banco de España.

En el caso que nos ocupa, la provincia de Segovia, esta Junta Auxiliar estuvo constituida por:

Presidente: D. José Ramón Quesada y Gascón (Obispo de la diócesis).

Vocales:
— El General D. Francisco Galbis Abella (Autoridad militar superior) que sustituirá al Presidente en caso de ausencia,
— D. Fernando Soldevilla y Ruiz (Gobernador Civil),
—D. José Mª Torrecilla y González (Presidente de la Audiencia),
—D. Jacobo Salcedo (Delegado de Hacienda),
— D. Federico Orduña y Muñoz (Presidente de la Diputación),
—D. Eulogio Martín Higuera (Alcalde de Segovia),
—D. José de Zárraga e Iriarte (Director de la sucursal del Banco de España en Segovia).

Actuando como Secretario D. Casimiro García Matesan (Oficial segundo del Gobierno Militar de Segovia).

Las Juntas Auxiliares tenían capacidad para dar instrucciones a los ayuntamientos de la provincia a fin de crear en los municipios las Juntas Municipales. Por Circular del 4 de mayo de 1898 de la Junta Auxiliar de la provincia de Segovia se establece la composición de las Juntas Municipales, que en el caso de Nava de la Asunción estaría constituida de la siguiente forma:

Presidente:
El Cura párroco, D. Juan José Díaz Zorrilla.

Vocales:
— El Alcalde, D. Fructuoso Vega González,
— El Juez municipal, D. Pedro Herranz Miguel,
— El Médico Titular, D. Gabino Herrero Pascual,
—Uno de los cinco mayores contribuyentes,
—Un maestro de oficios,
— El obrero más anciano.

Actuando como Secretario el Maestro de más categoría, D. Julián Arevalo Barrero.

Fotografía del año 1896, donde aparecen algunos de los mayores donantes de Nava. Archivo popular AyB
Fotografía del año 1896, donde aparecen algunos de los mayores donantes de Nava. Archivo popular AyB

Una vez establecido el marco operativo pasaremos a ver como se realizó la Suscripción Nacional en el municipio.

En primer lugar hemos de decir que la población de Nava de la Asunción estaba compuesta muy paritariamente en relación a hombres y mujeres salvo en las edades comprendidas entre los 30 y 35 años donde el número de varones era considerablemente inferior al de las mujeres, situación posiblemente originada por los numerosos conflictos bélicos durante el último cuarto de siglo en nuestras posesiones de Ultramar debido a su insistente interés en conseguir la independencia de España. Asimismo se observa un descenso poblacional en el grupo de edades de 5 a 9 años en ambos sexos que podría ser una consecuencia de la situación anterior.

En cuanto al mundo laboral y siguiendo la división clásica, el Sector Primario era fundamental en Nava de la Asunción ya que representaba a mas del 70% de las unidades familiares, al incluirse en este Sector el mundo agrícola y ganadero así como a todos los vecinos que se declaran Propietarios ya que en el mundo rural, durante el Siglo XIX, estos eran en su mayoría propietarios de fincas agrícolas y que por otro lado los jornaleros en su inmensa mayoría se dedicaban a labores agrícolas. El Sector Secundario recoge poco más de un 10% de las familias donde en su mayoría son carpinteros, tejeros, zapateros, molineros y albañiles. Por último el Sector Terciario viene a representar casi un 17% del total, aquí podemos destacar el gran número de trabajadores ferroviarios ya que estamos en pleno desarrollo del ferrocarril; asimismo mencionaremos el comercio y el personal llamado “sirvientes”, en su mayor parte mujeres viudas o solteras.

En el proceso de la Suscripción Nacional participaron 176 personas en representación de 169 Familias, en su mayoría los cabeza de familia como no podía ser de otra forma en aquellos años donde las mujeres estaban bajo tutela de sus maridos, salvo las mujeres viudas que estaban a la cabeza de la unidad familiar. Estos donantes estarían representando con su contribución a unos 710 habitantes de una población total aproximada de 1950 habitantes. Es decir que algo más de un tercio del vecindario participo en la Suscripción Nacional. Además de estas personas físicas también contribuyeron a la colecta los jóvenes de la localidad y el Ayuntamiento como tal.

Hacemos notar que entre estos donantes tenemos a dos grandes empresarios no residentes en Nava, uno de ellos fue D. Mariano González Conde, natural del pueblo, residente en Madrid y dedicado al suministro de materiales de construcción para las obras públicas en la capital de España. El segundo gran empresario fue D. Raimundo Ruiz de la Torre, fundador de La Unión Resinera Española de Coca junto con Victoriano Llorente Martín, Cada uno de los cuales hizo una donación de 50 pts. de la época.

La recaudación total de la Suscripción Nacional en Nava de la Asunción fue de 775,53 pts. de las cuales el Ayuntamiento aportó 500 pts. y los jóvenes de la localidad otras 12 pts. por lo tanto si descontamos estas cantidades así como las 100 pts. donadas por los dos empresarios mencionados anteriormente tenemos que 163, 53 pts fueron aportadas por los 174 vecinos que participaron.

En cuanto a la distribución de las cuantías económicas donadas se observa que mas de un cincuenta por ciento corresponde al grupo de menor cuantía, estando muy igualados los dos grupos que mayor cuantía aportan a la Suscripción Nacional donde evidentemente se encuentran las familias más pudientes como desarrollaremos más adelante.

En el grupo de donantes de más de 5 pesetas predominan los propietarios y labradores así como personas relacionadas con la Administración y el comercio, donde destacaremos a la familia de Santiago Llorente García (Diputado Provincial) que donaron un total de 35 pts; familia muy estimada en el municipio ya que uno de sus hijos Manuel Llorente Martín se caso con Inés Lozano García benefactora de La Nava y madre de Manuel Llorente Lozano (médico forense). También destacaremos a los ya mencionados Julián Arévalo Barrero (maestro) y a Gabino Herrero Pascual (médico). Además de estas personas que aparecen en el callejero del municipio tenemos al labrador Lucio Rubio Herranz y al ya mencionado Alcalde durante el periodo de esta suscripción y de profesión albañil.

El grupo de donantes comprendidos entre 5 y 1 peseta está constituido sobre todo por labradores, propietarios y algún militar, entre estos podemos destacar a Tomás Casado Arribas, Teniente de Infantería, y padre del Coronel Casado López que tuvo especial protagonismo durante el final de nuestra fratricida Guerra Civil de 1936/39. Asimismo tenemos al Capitán de Infantería Daniel Barbado Cuesta padre de la insigne maestra de La Nava Dª. Pilar Barbado López que ejerció la docencia durante muchos años.

El tercer grupo, es decir el comprendido entre una peseta y 25 céntimos lo conforman en un 50% los labradores, entre estos podemos destacar a Nemesio Herranz Miguel que fue el padre del Tío Piedras, y a Bernardo Casado de la Fuente. También aparecen trabajadores del Sector Secundario tales como panaderos, carpinteros o molineros; entre estos últimos nombraremos a Francisco Jiménez González, nacido en Moraleja de Coca, y predecesor de una saga de molineros en La Nava y otros pueblos de la zona.

Firma del Tratado de París en la que España perdió Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam.
Firma del Tratado de París en la que España perdió Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam.

En el último grupo de donantes tenemos fundamentalmente a los jornaleros que en su mayoría aportaban a la suscripción entre cinco y diez céntimos; aquí sería muy complejo destacar a algunos de los donantes no obstante nombraré a alguno de ellos como por ejemplo a Lino Marugán Gómez bisabuelo de nuestro cronista y corresponsal de El Adelantado de Segovia, Amador Marugán Arribas; las viudas María Casado Santos y Facunda Velasco Crespo; finalizaremos nombrando a Martín Encinas García, abuelo materno del autor de este artículo. Además de estos jornaleros encontramos un buen número de profesiones, entre las que podemos destacar carniceros como Marcos Encinas Barbado, tejeros como León García Serrano, zapateos como Lorenzo Ramos García, y barberos como Felipe Roldán Manzano.

Si estos datos los analizamos en función del número de habitantes vemos que la media de los donativos por habitante está en torno a los 40 céntimos y no varía apenas con respecto a otros municipios con características similares a la nuestra como pueden ser Carbonero el Mayor que está en torno a los 30 céntimos o Bernardos que coincide su dato con el de la Nava. En el global de la provincia de Segovia se aprecia un ligero aumento hasta llegar a los 50 céntimos por habitante, según se desprende de diversos Boletines Oficiales de la provincia de Segovia del año 1898.

De forma indirecta Nava realizó otra donación, sin poder cuantificarse, a través de la aportación conjunta de 1.000 pts que se hizo por parte de La Comunidad de Coca constituida por diez municipios de la zona, cantidad que se consigno como donación del municipio de Coca.

En pleno proceso de la Suscripción Nacional se produjo la derrota de España por parte de Estados Unidos y la consiguiente perdida de sus últimas colonias de ultramar, hecho que llegó a conocerse con la frase “Desastre del 98” ya que con la firma del Tratado de París el 10 de diciembre de 1898 Cuba quedó bajo la tutela de Estados Unidos; Puerto Rico, Filipinas y Guam pasaron a ser dependencias coloniales de Estados Unidos. El resto de posesiones en el Pacífico fueron vendidas a Alemania en febrero de 1899.

Y para finalizar citaremos la clarificadora opinión de uno de los hombres más ilustres de la época el doctor D. Santiago Ramón y Cajal, que fue médico en la “Guerra de los Diez Años”, popularmente conocida como la “Guerra de Cuba”, a través de algunas frases extraídas del periódico “El Liberal” de Madrid de fecha 26 de octubre de 1898:

“Se necesita volver a escribir la Historia de España para limpiarla de todas esas exageraciones con que se agiganta a los ojos del niño el valor y la virtud de su raza. Mala manera de preparar la juventud al engrandecimiento de su patria es pintarle ésta como una nación de héroes, de sabios y de artistas insuperables.”

“Hemos caído ante los Estados Unidos por ignorantes y por débiles. Éramos tan ignorantes, que hasta negábamos su ciencia y su fuerza. Es preciso, pues, regenerarse por el trabajo y por el estudio.”
“Abandonemos todo sueño de conquista, todo pensamiento de grandeza militar. Reconozcamos que ya no servimos para eso. Trabajemos.”

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