“Para no tener que salir de casa, la parroquia se mueve”. Este año, la parroquia de San Severino de la localidad vizcaína de Balmaseda quiso ofrecer a sus vecinos una alternativa para vivir la Semana Santa desde el confinamiento comenzando con la celebración del Domingo de Ramos.
Para ello, el sacerdote segoviano Francisco Javier Pinilla, párroco de esta comunidad realizó una convocatoria a través de whatsapp para iniciar los actos litúrgicos de esta solemnidad con una peculiar procesión, en la que él mismo recorrería las calles del pueblo bendiciéndolas con agua bendita.
La iniciativa contaba con la aprobación del Ayuntamiento de Balmaseda y de la policía autonómica vasca, refrendada por una autorización municipal expresa del alcalde para acudir a la iglesia de San Severino “cumpliendo las medidas sanitarias dictadas al respecto”. Así, vestido con los ropajes litúrgicos y con guantes y mascarilla comenzó el recorrido por las calles vacías de Balmaseda . Los vecinos salían a los balcones con dibujos de palmas preparados por los niños celebrando la presencia del sacerdote….
Pero todo acabó abruptamente. Pese a la autorización municipal, a medio camino una patrulla de la Ertzantza detuvo al sacerdote y le conminó a regresar a la parroquia al considerar que su presencia en la calle “no era una cuestión de primera necesidad”.
En un video remitido a la web diocesana de Vizcaya, Pinilla señala que el objetivo de esta procesión era “que pudiéramos seguir la Semana Santa, porque además precisamente aquí en Balmaseda nos hacía falta subir los ánimos y seguir compartiendo algo que aquí es muy vivido”. En este sentido, conviene recordar que Balmaseda celebra todos los años un emotivo Via Crucis viviente en el que se recrea la pasión de Cristo y que lleva hasta esta localidad a miles de personas.
“La gente lo ha tomado muy bien no sólo los que lo habían preparado sino otras personas que no conocían la iniciativa”, explica Pinilla, que señala que finalmente la villa ha recibido la bendición y toda la Unidad Pastoral”
