Si algo tiene Cuéllar es su patrimonio y la puesta en valor del mismo que están llevando a cabo tanto instituciones como los propios vecinos. Es el caso del espacio inaugurado el pasado lunes: la Sala de los Santos, en el templo de San Andrés. Se ha recuperado un vasto espacio situado en el ala izquierdo de la iglesia y que, como toda ella, guarda arcos mudéjares que hacen de este un entorno único. En esta zona se han ubicado numerosas imágenes que se encontraban dispersas por diferentes templos de la localidad, haciendo de ellas lo que son, verdaderas joyas artísticas, históricas y patrimoniales. Emilio Calvo, párroco del municipio, fue el encargado de presentar este espacio ante un gran número de fieles y acompañado por Juan Carlos Llorente, historiador y artífice también de este “minimuseo”. “Esto os pertenece especialmente”, explicó el sacerdote refiriéndose a todo lo expuesto, pues es patrimonio local, “imágenes que han sido veneradas en otros tiempos por antepasados de la villa”, añadió.
La idea surgió tras el paso de Las Edades del Hombre, de las que se resaltó todo lo bueno que han dejado en Cuéllar, el “lujo que fue ser sede de Reconciliare”. Después de desalojar la iglesia, se pensó en dotar de un significado a esa sala. Gente de la Parroquia se puso manos a la obra y, con algunos artículos cedidos por la propia Fundación Edades del Hombre, como paneles, peanas y alguna vitrina, se quiso hacer perpetuo el paso de Reconciliare por Cuéllar. El esfuerzo de todos y, sobre todo, de muchos voluntarios, ha hecho que se reubicaran imágenes que eran poco visibles y estaban muy descuidadas. Los mencionados voluntarios han participado en tareas de limpieza muy exhaustivas, dado el estado del lugar y de las propias obras. Se ha tratado de quitar suciedad y dejar un espacio acondicionado, del que el sacerdote dijo que el trabajo “ha merecido la pena”.
LAS OBRAS Aunque el propio enclave es ya digno de un espacio museístico, las piezas concentradas son de gran valor, a pesar de haber pasado desapercibidas por sus anteriores ubicaciones. Esta no será definitiva tampoco, pero al menos se custodiarán en este lugar de manera más permanente. Juan Carlos Llorente explicó cómo comenzó la búsqueda de imágenes que proceden de las iglesias de Santa María de La Cuesta, San Miguel, la propia de San Andrés, la Capilla de Santo Tomé y la Casa Parroquial.
Abriendo el espacio estará el Cristo de El Calvario que ha estado expuesto en la sala Alfonsa de la Torre durante estos días, pero se contemplan al entrar otras tantas piezas, como de San Pantaleón o Santa Catalina. De algunas como la primera se ha podido recuperar incluso la peana original con inscripción. Santa Catalina, Santa Águeda y la Virgen de la Rochela fueron objeto de las explicaciones de Llorente, que de todas destacó su belleza; “son piezas muy dignas”, señaló en varias ocasiones, dando aún mayor significado a la creación de este espacio. Destaca sobre las demás un impetuoso altar que alberga un Cristo que, aunque está bastante deteriorado, ya se planea su restauración. El altar, aunque barroco, está sin dorar, se supone que por falta de fondos. Esto permite admirar la talla en bruto, una verdadera obra de arte en madera. El Cristo interior procede de Santo Tomé, capilla de la que se está estudiando su restauración y ya se encuentra aprobada, como adelantó Emilio Calvo. A pesar de una tremenda agresión en la figura, es una de las partes más llamativas de toda la exposición, que hace referencia a ‘Reconciliare’ en varias de las zonas.
Los fieles mostraron su asombro ante un espacio totalmente olvidado y escondido del templo, y unas imágenes desconocidas para casi todos. La Sala de los Santos permanecerá abierta esta Semana Santa y con continuidad.
